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Parapeto. – La consulta no es de Petro, es del pueblo. Por: Julio Bahamon

Comenzare por decir que la consulta popular es uno de los mecanismos de participación ciudadana previstos en la Constitución Política de Colombia de 1.991 a través de la cual, el gobierno, o un número significativo de ciudadanos resuelve, previa concepto del Senado, consultar al pueblo decisiones de trascendencia nacional. Está regulada por los siguientes artículos de la Carta Política Nos 103 y 105 y reglamentada en las leyes 134 de 1.994 y ley 1757 de 2.015.

Por lo tanto, la consulta no era de Petro: ¡Era del pueblo! Negarla fue un error estratégico y político que hoy debemos reconocer para no repetir mañana. El gobierno ha dicho que acudirá nuevamente al Congreso para solicitar el concepto de una nueva consulta agregándole cuatro nuevas preguntas relacionadas con la salud de los colombianos.

Ya vimos la reacción que ocasiono en el ánimo de la gente la negativa del Senado, y la respuesta que le dio el gobierno. Aún estamos a tiempo de recuperar el rumbo y volver a confiar en la fuerza de la democracia participativa.

Lo grave, a mi modo de ver, y ya lo había dicho, es que la consulta del gobierno debía ser autorizada por el Senado de la república, una vez convocada, tener la oportunidad de derrotarla con el voto de cientos de miles de colombianos, explicándoles los inconvenientes que para los trabajadores traían la casi totalidad de las preguntas formuladas por el ejecutivo. Inclusive se le ha debido dar la oportunidad a la Corte Constitucional para que se pronunciara sobre la legalidad de las preguntas, ya que muchas de ellas hacen parte de la legislación laboral. Lo más grave es que fue una minoría del congreso, apenas 49 senadores la que decidió negarla, mientras 47 la votaron afirmativamente.
Pienso que hubiese sido más sensato, legítimo y pedagógico acudir a las urnas para que fuera el pueblo el que dijera que NO a las propuestas del gobierno. Esa habría sido una victoria política y constitucional inapelable. Una derrota del gobierno, no por el Congreso, sino por la ciudadanía.

En su momento sostuve que la estrategia correcta era derrotar la consulta en las urnas, no impedirla. Con lo cual se reafirmaría que el pueblo también puede decirle NO al populismo. Era cuestión de estrategia y no de miedos. La oposición tiene el deber de defender la Constitución desde la legalidad, no desde el miedo

Ahora bien, así como se creía que la consulta le serviría a Petro para medir sus fuerzas frente a la oposición, también le hubiera servido a la oposición para medir las suyas frente a las aspiraciones del gobierno para atornillarse en el poder. Aún estamos a tiempo señores.

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