COLUMNISTAS

La actitud confrontacional del presidente Gustavo Petro que escuchamos, en la noche del miércoles anterior en Cali, está conduciendo al pais al abismo.

Su insistencia en convocar, vía decreto, la consulta popular enfrentado al Congreso de la república, que la negó explícitamente, y a los pronunciamientos de las altas cortes de que el trámite adoptado por el primer mandatario es abiertamente inconstitucional, podría configurar el delito de prevaricato.

Lejos de ser un acto de valentía, representa una grave amenaza al equilibrio institucional del pais, que responde más a un cálculo político que bien merece ser analizado sin ingenuidades:
Gustavo Petro en estos tres años no ha gobernado, su estrategia ha sido de la polarización.

Con su insistencia inconstitucional Petro busca reforzar su discurso de bloqueo echándole la culpa al Congreso de Colombia, a las Cortes y a lo que llama “las elites”.

Con esa actitud se presenta como un “líder” incomprendido por un sistema que no lo deja gobernar. Esa narrativa altamente populista, se convierte en una peligrosa herramienta con la que busca erosionar las instituciones legitimas y azuzar a la ciudadanía contra la democracia que dice defender.

Petro no sabe gobernar, lo que quiere es movilización para mantener viva la confrontación.

Al presidente en estas circunstancias le importa un bledo la crisis económica, la caída de la inversión lo tiene sin cuidado, el deterioro de la producción nacional le resbala. Todo eso lo hace para ocultar los escándalos de corrupción que tocan sectores cercanos al gobierno, con la evidente violación de los topes financieros de su campaña, los robos en la Unidad de Riesgos y Desastres, UNGRD y Fecode.

La consulta es su nueva cortina de humo.
La insistencia en la consulta tiene un mensaje de presión; Intimidar al Congreso, advertir a las Cortes y condicionar a la opinión pública.
O le aprueban sus reformas, o acusa al sistema de sabotaje.

Ese tipo de presión es inaceptable en una democracia. El presidente no esta por encima de la Constitución. Petro quiere utilizar la consulta como un instrumento de revancha política y ha llegado a extralimitarse amenazando al pais con una Asamblea Nacional Constituyente.

¿Está dispuesto el presidente Petro a llevar al pais a un abismo constitucional para defender un capricho político? ¿Está dispuesta la oposición a permitírselo? Julio Bahamon.