El distinguido exmagistrado Dr. Jaime Alberto Arrubla nos dice, en su columna del viernes anterior del Diario del Huila a raíz de las marchas, que el pais se halla polarizado, diría yo peligrosamente dividido, entre los amigos del régimen y la oposición a Petro.
Cuando el pais vivió, en época pretérita, una vergüenza similar por culpa de Ernesto Samper Pizano, quien fuera acusado por el fiscal general de la nación Alfonso Valdivieso de haber recibido US$6 millones de dólares del cartel de Cali para financiar su campaña presidencial, el Dr Álvaro Gómez Hurtado líder de la oposición en esa época, nos advertía en sus alocuciones sobre la necesidad de llegar a un acuerdo sobre lo fundamental, agregando que era imperioso “tumbar al régimen”; y no lo decía, lo aclaraba, por la persona del entonces presidente de Colombia sino por las secuelas que para la democracia del pais significaba tolerar un sistema abiertamente corrupto, pues fue de dominio público que el entonces presidente de la república había sido elegido con dineros del narcotráfico.
Idéntico es el caso de Gustavo Petro: elegido ilegalmente con dineros sucios, inundado de corrupción, su hijo Nicolas, su hermano Fernando, su secretaria Laura Saravia, su embajador ante la Fao Armando Benedetti, su ministro de salud Guillermo Alfonso Jaramillo, su ministro de gobierno Luis Fernando Velasco, su jefe de la UNGR Olmedo López, El clan de Euclides Torres, en fin, cientos de funcionarios del régimen absolutamente corrompidos y él lo sabe. Herido en su ego, Petro está saliendo a las plazas a instigar y a tapar con el odio social sus delitos y eso amigos, no se nos puede olvidar.
Lo que vimos en la segunda marcha, del 1 de mayo fue a un presidente enajenado, errático y pendenciero, esparciendo en su discurso cizaña entre la población con lo que quiere crear un caos, para lo cual abusivamente utilizo una tribuna, que no le correspondía, y lo hizo el día en que universalmente se conmemora la fecha del movimiento obrero a nivel mundial. Gustavo Petro ha retado a las mayorías de este pais y millones de compatriotas estamos dispuestos a aceptar el desafío. No le tenemos miedo. Si confiamos en el pueblo, lo habremos de derrotar.
Ahora, si se siente seguro de sus infundios, lo invitamos a acogerse a la Constitución Nacional, y a presentar sus iniciativas de participación ciudadana a estudio del Congreso de la República, como debe ser, y al análisis legal por parte de la Honorable Corte Constitucional, como lo ordena la norma, pero que por odios y mentiras no divida más a los colombianos porque estamos fatigados, señor presidente Petro, de tantas amenazas y cacareos. De lo contrario, se vive y se siente en toda la Nación que está llegando la hora en que al unísono 50 millones de colombianos exijamos, mediante un paro nacional indefinido, la caída del régimen que nos amenaza, con lo cual se puedan abrir caminos de entendimiento entre los partidos de oposición con algunos movimientos arrepentidos cercanos al gobierno nacional. Julio Bahamon.