COLUMNISTAS

El martes anterior apareció en el diario La Nación una noticia sobre la inseguridad que viven 27 alcaldes, de los 37 que tiene el departamento, es decir, el 70% de ellos han sido sometidos a amenazas y extorsiones por parte de los grupos narcoterroristas de las Farc, y en algunos lugares por el ELN. Al principio pensé que estaban repitiendo una información trasnochada de la época en que gobernó Andrés Pastrana, cuando por amenazas similares más de 450 alcaldes en el pais tuvieron que refugiarse en las capitales de sus departamentos a fin de poder “gobernar”, presos de la inseguridad aterradora que vivía la república.

Pero no señores, la noticia nos informa de lo que está sucediendo hoy en territorio Huilense: Hoy, 10 de diciembre de 2024, el 70% de los alcaldes del Huila están amenazados, y ya la mayoría de ellos se han visto obligados a trasladar sus despachos a la ciudad de Neiva para evitar ser secuestrados, o peor, asesinados por negligencia de los gobiernos, el nacional y el departamental. Villalba, lo sabemos no lidera nada y no tiene como hacerlo porque en su palmarés político nunca pudo explicar los vínculos de su sobrina Rocío con la columna móvil de las Farc Teófilo Forero al mando de alias “el paisa”.

¡El Departamento del Huila, en materia de seguridad, está en las manos de Dios!
Que diferencia tan colosal la que experimentó el pais después de que el cándido, iluso e inexperto presidente Andrés Pastrana dejara la presidencia de la república.

En 2.002 fue elegido presidente de Colombia el Dr Álvaro Uribe Vélez. Les confieso que yo en esa ocasión no voté por el Dr Uribe. Lo hice por Horacio Serpa. Pero fue tal el desengaño que sentí cuando el candidato Serpa resolvió, en un hecho incomprensible con un alto tinte de oportunismo proponer la toma de la Plaza de San Vicente del Caguán, epicentro de los diálogos de paz de Pastrana con las Farc, sin medir las consecuencias, ya que la guerrilla estaba muy fuerte, atrincherada en el Caquetá. Serpa hablo de salir por carro hacia San Vicente desde Neiva, acompañado por una “enorme” caravana de Buses hasta el Norte del Caquetá. Esa iniciativa fue todo un desastre. La caravana con poco acompañamiento tuvo que regresarse a Neiva con el “rabo entre las piernas”. ¡Ahí fue Waterloo!

Uribe asumió la presidencia de Colombia en el 2.002, e impuso su política de seguridad democrática. Para esa fecha 7 de agosto de 2.002 teníamos a más de 400 alcaldes amenazados por estas guerrillas, muchos renunciaron y otros se refugiaron en las capitales de sus departamentos por miedo a ser asesinados por los bandoleros.

Uribe enfoco su política de seguridad en recuperar el territorio, fortalecer la presencia del Estado para proteger a los funcionarios públicos, vigorizar a la fuerza pública, organizar una red de cooperantes, establecer medidas para proteger en especial a los alcaldes, instalar bases militares en áreas críticas y organizar el plan de consolidación territorial.

Eso, en buen romance, amigos, se llama verraquera, amor por Colombia y cojones bien puestos. Gracias a estas medidas la seguridad retorno a Colombia. Hoy, desafortunadamente hemos regresado por cuenta del gobierno de Petro a la inmunda violencia. Añoramos la seguridad democrática.