
Que solo busca perseguirlo, deslegitimarlo y dañarlo como oponente político, para desviar la atención de otros oscuros intereses.
De una denuncia del Dr. Álvaro Uribe contra el senador Iván Cepeda, un venal exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia le torció el pescuezo a la denuncia, y termino direccionado el caso contra el denunciante, el expresidente Uribe Vélez, con un proceso en su contra por la presunta manipulación de testigos. Han pasado largos 10 años y el pais sigue atento al debate absorto, porque todo obedece a una carga política en su contra, y lo que se estila es más un fenómeno conocido como “Lawfare”, o guerra judicial, mediante la utilización de los sistemas e instituciones legales para afectar al más importante colombiano de los últimos 25 años en la historia de Colombia.
La utilización de aparato judicial como arma para aniquilar al adversario ha dejado una huella visible en la región: Casos como el de Leopoldo López en Venezuela es un ejemplo de como lideres con amplio reconocimiento popular son objeto de procesos judiciales parcializados, oportunistas y amañados.
El Dr. Álvaro Uribe es sin dudas, una figura de poder y confrontación. Su liderazgo ha sido determinante en la política colombiana en el presente siglo y su influencia trasciende a su partido como corriente partidista. Su figura define alianzas, y moviliza a millones de simpatizantes, sus enemigos no han podido doblegarlo, ni derrotarlo en los 22 años de la presente centuria, y lo menos que aspiramos sus seguidores es que la justicia que se le aplique sea garantista, absolutamente impermeable a motivaciones ideológicas.
A la fecha han pasado 37 testigos de la parte denunciante y de la fiscalía, cuyas declaraciones han estado llenas de contradicciones, intereses personales y cambios de versión, lo que demuestra la fragilidad del caso cuando esta apoyado en testimonios sin suficiente respaldo documental y técnico.
Que no se han inventado sobre la excelsa figura del expresidente de la república, pero nada lo ha manchado. ¿Qué paraco?, ¿qué matarife?, en donde están las denuncias?, ¿en dónde están las pruebas?, por lo último, se han inventado esa vergonzosa y amañada denuncia, traída de los cabellos, dos veces debatida en estrados, con ponencia de dos fiscales que han conocido la investigación, solicitando la preclusión de la investigación por falta absoluta de pruebas. En este caso, la utilización de la justicia contra el expresidente Álvaro Uribe ha sido burda y totalitaria, y es deber de sus amigos vigilar su evolución con sentido patriótico para que prevalezca la verdad, como reiteradamente lo ha pedido el ilustre colombiano. Todo nuestra solidaridad y aprecio.