En agosto 29 de 2016, una vez conocido el acuerdo Santos-Farc escribí “La quiebra y el futuro de Colombia, cuesta el nobel de Santos”, hacía referencia al costo del mismo y mencionaba: “…Además de todas las concesiones jurídicas, políticas, sociales, electorales y económicas pocos se han puesto a pensar cual es el costo fiscal para el país de todo lo que está escrito en esas 297 impotables páginas de perorata mamerta … Las proyecciones más conservadoras hablan de un costo superior a los $80 Billones de pesos y eso lo pagaremos nosotros…”
En junio de 2017, después de revisar las cifras incluidas en el Marco Fiscal de Mediano Plazo del gobierno Santos escribí “Costos y financiación acuerdos en el MFMP, cuentas etéreas y muchos globos” (https://t.co/XdmaSFex3Q ), mostraba la manera irresponsable y poco fundamentada en que definieron los costos del acuerdo Santos-Farc ($129,5 Billones de pesos) y su financiación, en ambos casos demasiadas inconsistencias e infinidad de cuentas alegres.
Hago esta referencia en consideración que recientemente algunos medios de comunicación, periodistas y analistas (que de manera enfática apoyaron ese acuerdo con las Farc), ahora cuestionan al presidente Iván Duque y a su Ministro de Hacienda por plantear la falta de financiación de parte importante del presupuesto del 2019 (incluye la ejecución de algunos programas sociales) y la necesidad de conseguir recursos para ejecutarlos en vez de cuestionar al señor Santos que fue el causante de todo, no solo por entregar más de lo debido en el acuerdo sino por desaparecer cientos de Billones de pesos del erario en corrupción, derroche, incremento de burocracia, compra de apoyos (incluidos muchos medios de comunicación, periodistas y analistas, ¿que coincidencia, no?).
Siempre tuve la sensación que muchos de ellos nunca leyeron el acuerdo, simplemente expresaron su apoyo por conveniencia(al ser beneficiarios de los miles de contratos por billones entregados para defender la paz) o por su anhelo de paz para Colombia sin considerar las implicaciones políticas, económicas, judiciales y Fiscales que tiene para la nación; eso sí, ahora se rasgan las vestiduras acusando al nuevo gobierno por querer enderezar lo que encontró bastante torcido en todos los frentes pero con mayor énfasis en lo fiscal. Según Minhacienda faltan más de $25 Billones en el presupuesto de la nación en 2019, varios ministros dicen que les dejaron compromisos hasta 2019.
Grave el daño que esas críticas mal intencionadas hacen ante la opinión pública nacional al tergiversar las cosas. El Ministro de Hacienda ha realizado algunos planteamientos pero aún no se radican los proyectos de ley en los diferentes frentes. El propio Presidente Duque ha dicho que la última palabra la tiene él, que tiene todo el propósito de cumplir su programa de gobierno en materia económica proponiendo una reforma fiscal que genere una disminución importante de impuestos a quienes realmente generen empleo para hacer más competitivas nuestras empresas. Como lo dijo en Cartagena: “Vamos a buscar un sistema tributario que sea orgullo para Colombia y que sea equitativo, eficiente y progresivo. Yo fui elegido por un programa donde dije a los colombianos que quería ver a la clase media expandirse”. En lo poco que lleva de gobierno ya ha cumplido con algunas de sus propuestas e iniciativas, no hay porque dudar que en este caso vaya a ser la excepción. Como dije en escrito anterior, no la tiene fácil, menos con la situación fiscal recibida de Santos; debemos tener confianza en que las decisiones que tome sean la que sirven a los propósitos del país.
EL COLMO 1: Se siguen conociendo decisiones del señor Santos antes de irse: $383 millones para producir un documental sobre la vida y obra de Manuel Cepeda Vargas y $2.723 millones para construir el monumento “Fragmentos”en honor al proceso de paz. NO HAY DERECHO.
EL COLMO 2: En medio de la terrible situación fiscal recibida del gobierno del sr. Santos el presidente Duque anuncia $100.000 millones para los cafeteros (es claro que requieren más, hay que reconocer el esfuerzo del gobierno) y algunos les parece poca cosa. NO HAY DERECHO.