Expertos rusos y venezolanos explicaron en Bogotá cómo crear medios de comunicación que sirvan de correa de transmisión del poder petrista.
La clave de esa aciaga operación es simple: transformar, con la ayuda del gobierno, la prensa regional en “prensa alternativa” y “comunitaria”. La meta última es hacer creer a la ciudadanía que ese tipo de medios serán los poseedores de la verdad, la única capaz de modelar la visión política de los colombianos.
En otras palabras, Petro y sus operadores quieren levantar un muro artificial, meramente psicológico e ideológico, entre la prensa nacional y regional existente, y la ciudadanía. Es una lógica de apartheid y de segregación. El petrismo detesta que haya, como hoy, una opinión pública plural y nacional, unánime o no, pero libre, en las grandes y pequeñas ciudades, en los ámbitos urbano y rural. Quiere que, por el contrario, emerja una opinión monolítica y cerrada a todo argumento bajo la impresión de que la prensa nacional les miente.
Esa operación divisionista encaja bien en el proyecto, anunciado hace unos días por Gustavo Petro, de crear un partido único de gobierno para dividir a los partidos de oposición e impedir que las elecciones de 2026 le “devuelva el poder a la oligarquía”.
Los primeros pasos para sembrar ese separatismo de opinión, preámbulo del monopolismo partidario, fueron dados a comienzos de diciembre pasado cuando el ministerio de las TIC (Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) organizó un foro en Bogotá donde los oradores centrales fueron tres expertos extranjeros que dieron pautas sobre cómo crear espacios de desinformación, bajo apariencia inocente, para destruir la credibilidad de la prensa independiente que se opone al derrumbe institucional democrático.
El minTIC escondió ese nocivo objetivo al afirmar que su conversatorio de dos días tendría como tema la “comunicación popular”. En realidad, el objetivo de ese foro fue impartir instrucciones para que el petrismo sepa como despedazar el periodismo y el pluralismo de opinión entre los colombianos.
Lo que dijeron los expertos extranjeros que dominaron el foro confirma eso. Kael Abello es venezolano, estratega de la comunicación chavista y miembro de la “comunidad Utopix”. Santiago Rivas es periodista de Canal Capital y apólogo de los “medios alternativos”. Arahm Aahonian es uruguayo y fundador de Telesur.
Inna Afinogenova, una propagandista rusa, ex directiva de Russia Today (RT), agencia internacional de noticias y medio de influencia del Estado ruso, fue la oradora principal. Su plática se llamó “fascismo 3.o”. No hemos encontrado lo que dijo, sin embargo, el sintagma “fascismo 3.0” no es un misterio. Es la cantaleta de moda de RT y del Foro de Sao Paulo: los que defienden la civilización occidental son fascistas.
Afinogenova trabajó hasta mayo de 2022 como subdirectora de RT en español. Aunque dijo que se retiró de RT por no estar de acuerdo con la guerra en Ucrania, alega que “comprende los motivos” que provocaron esa guerra y que condena a la OTAN, el envío de armas a Ucrania y la “sangrienta hipocresía europea”.
Ella sigue ahora su activismo agresivo desde un canal en YouTube, denominado Ahí les va. Desde junio de 2022, colabora en el programa La Base (donde participa Pablo Iglesias, el fundador del partido extremista español Podemos), y dirige un programa, Macondo. Desde 2023, Afinogenova es directora de Canal Red Latinomérica, donde gesticula contra las democracias occidentales y en favor del prisma “alternativo” de RT para influenciar las audiencias extranjeras (1) postura que Moscú desarrolla desde 2008 en varios países. Según ella, la prensa “alternativa” es el único “canal de información veraz”.
¿Veraz? Hay que saber lo que piensa su maestra, Margarita Simonian, jefe de redacción de RT. La verdad, para ella, vale poco. Lo formula así: “La verdad se va, no regresa, no es retenida. No es controlada o se controla poco. Es a la vez el bien y el mal. Simplemente, ella perdió su valor” (2).
En el comunicado del ministerio TIC, Afinogenova es presentada sólo como una “periodista y presentadora de noticias rusa”. Faltó que llegara a ese foro Rafael Correa, el expresidente prófugo de Ecuador, quien tiene un talk-show en RT en español.
Mauricio Lizcano, “el ministro TIC”, como lo llaman en Colombia, intentó burlarse de los periodistas cuando lo interrogaron sobre la presencia de esos propagandistas y los extraños objetivos del foro. Lizcano dijo, según La FM, que él no tenía “ni idea” de que esas personas hubieran sido invitadas, aunque él mismo había diseñado el perfil del conversatorio. Un texto del ministerio adujo que el foro trabajó en favor de “la unión entre los medios populares y alternativos para fortalecer el tejido social en Colombia”. Estudiar los golpes mediáticos y de opinión del chavismo en Venezuela y de RT en el mundo es lo que ese ministerio ve como “la democratización de la información” en los “territorios de difícil acceso”.
La prensa colombiana debería estar asombrada pues esa operación es una maniobra de largo aliento contra el pluralismo, la libertad de la prensa y el derecho a disponer de informaciones serias. La FM dice que está investigando cuánto dinero ese ministerio les pagó a esos agitadores por sus intervenciones. Doris Reinales, directora de Industria de Comunicaciones del MinTIC, insistió: “los medios comunitarios y alternativos son clave para las poblaciones del país pues son canales de información veraz y traen desarrollo y oportunidades”.
En realidad, el gobierno de Petro pretende aplicar los planes de las FARC durante sus arreglos secretos en La Habana con el gobierno de JM Santos, en 2016, sobre la creación de nuevos instrumentos de propaganda bajo la forma de radios y periódicos “alternativos”. En vista de los bajísimos índices de popularidad del gobierno de Petro, de la lucha valiente de los medios colombianos para resistir a sus amenazas, para destapar los escándalos y las fallidas realizaciones del régimen, y de la fuerte pérdida de peso electoral de la coalición de gobierno en el país, la realización de un foro para “generar estrategias” y crear “medios alternativos” aparece como una salida obvia.
No fue casual que Aahonian invitara en ese foro a imaginar un nuevo periodismo para que las “comunidades” apoyen al gobierno. Aahonian incitó a abandonar la prensa establecida, mainstream, crítica e independiente, en estos términos: “Debemos abandonar el periodismo de batalla, el ‘lloriqueo’ [léase la descripción del desmadre petrista], y mirar hacia el futuro”. Según el activista uruguayo, el futuro es una prensa “comunitaria”, relativista, de simulación, dictada bajo la intimidación y el terror del narco-comunismo regional.
En lugar de caer en una lógica de apartheid y de segregación deberíamos pensar en lo que decía Roland Barthes: “El mundo sea como sea está en la verdad pues la verdad está en la indisoluble unidad del mundo humano”.
(1) Citado por el investigador Maxime Audinet en su libro Russia Today (RT) Un média d’influence au service de l’Etat russse (INA Éditions, Paris, 2021.
(2).- Ob.cit., página 110.