Continúo con mi disertación sobre cómo y en qué absurda medida, los derechos del hombre y del ciudadano han sido pisoteados por esta “caterva de descastados”.
Artículo 11o.
Puesto que la libre comunicación de los pensamientos y opiniones es uno de los más valiosos derechos del hombre, todo ciudadano puede hablar, escribir y publicar libremente, excepto cuando tenga que responder del abuso de esta libertad en los casos determinados por la ley.
La “caterva de descastados” monopolizó los medios de información y con ello logró silenciar la voz de lo que no hacían parte de esa élite corrupta, inepta e indolente.
De esa manera ha podido continuar azuzando la lucha entre nacionales mientra ellos se siguen robando el presupuesto que es de todos y para todos.
Artículo 12o.
Siendo necesaria una fuerza pública para garantizar los derechos del hombre y del ciudadano, se constituirá esta fuerza en beneficio de la comunidad, y no para el provecho particular de las personas a las que ha sido confiada.
La “caterva de descastados” cambió el fundamento de la existencia de la fuerza pública y la convirtió de: defensora de la constitución y los derechos a: defensora del perverso “statu quo”, que les ha permitido elegirse y continuar siendo elegidos por votos negociados a cambio de coimas, puestos y contratos.
Artículo 13o
Siendo necesaria, para sostener la fuerza pública y subvenir a los gastos de administración, una contribución común, esta debe ser distribuida equitativamente entre los ciudadanos, de acuerdo con sus facultades.
Es quizás el único artículo que la “caterva de descastados” ha cumplido pues saben que su permanencia en el poder depende de la fuerza pública.
Por ello es absolutamente necesario, para que se produzca el “verdadero cambio”, que la fuerza pública se ponga del lado correcto de la historia y permita unas elecciones verdaderamente transparentes en las que el pueblo pueda escoger a los más honestos, los más comprometidos y los más capaces.
Artículo 14o.
Todo ciudadano tiene derecho, ya por sí mismo o por su representante, a constatar la necesidad de la contribución pública, a consentirla libremente, a comprobar su adjudicación y a determinar su cuantía, su modo de amillaramiento, su recaudación y su duración.
La “caterva de descastados” desde el inicio de la república ha empleado maniobras fraudulentas como las descubiertas a través de los “Panama Papers” mediante las cuales han ocultado las fortunas hechas con el robo al presupuesto y también han evadido el pago de impuestos sobre esas inmensas fortunas.
Esa investigación, que en otro país decente hubiera generado la defenestración de todos los culpables, aquí no ha producido ni un solo detenido.
Artículo 15o.
La sociedad tiene derecho a pedir a todos sus agentes cuentas de su administración.
Los medios de comunicación han sido comprados por la “caterva de descastados” mediante contribuciones que les han restado neutralidad, imparcialidad e independencia.
Por dicha razón, ninguna de las denuncias prospera y si prospera, pronto se acalla y desaparece desvanecida entre los ríos de dinero con que compran las conciencias de los editores.
Para la muestra, de todos los escándalos de corrupción que le han costado millones de millones al erario público, no hay ni un solo detenido de la “caterva de descastados”.
Artículo 16o.
Una sociedad en la que la garantía de los derechos no está asegurada, ni la separación de poderes determinada, no tiene constitución.
Ahora, entonces, como gran solución, el “cambio de mentiras” promovido por la “caterva de descastados” de la izquierda y la compra de la conciencia de la “caterva de descastados” de centro y derecha, pretende, apuntalado en un poder popular que no existe, destruir la separación de poderes y convertir el legislativo y el judicial en apéndices del ejecutivo para establecer una dictadura como en Cuba, Venezuela y Nicaragua, que nos llevará a que nuestros hijos terminen pidiendo limosna en los semáforos de los países hermanos que no hayan caído aún en ese error monumental.
Artículo 17o.
Siendo inviolable y sagrado el derecho de propiedad, nadie podrá ser privado de él, excepto cuando la necesidad pública, legalmente comprobada, lo exige de manera evidente, y a la condición de una indemnización previa y justa.
Como remate y requisito final, al igual que en Venezuela, la “ caterva de descastados” de izquierda con la venia comprada de la “caterva de descastados” de centro y derecha, y como colofón de su proyectado “socialismo del siglo XXI, iniciará pronto la expropiación de la propiedad privada, lo que, con toda seguridad, llevará a Colombia a los peores niveles de miseria.
Terminado este análisis quiero cerrar con esta reflexión.
Desde el nacimiento de la república hemos vivido en una pseudodemocracia que nos ha traído hasta este estado de postración en que ahora nos encontramos.
La solución no es entregar nuestra patria al socialismo del siglo XXI, pues sus nefastos resultados están a la vista cruzando la frontera.
La solución es la creación de un partido político conformado por los empresarios comprometidos y los trabajadores responsables, quienes son la inmensa mayoría, para escoger y hacer elegir a los líderes patriotas, honestos y capaces y poder así defenestrar del poder para siempre a esta “caterva de descastados” que nos han mantenido entretenidos matándonos entre nosotros mientras ellos continúan robándose el presupuesto que si no se lo robaran, jamás hubiéramos tenido motivos para matarnos entre nosotros.
Para su gentil consideración.