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El sector lechero alerta ante la crisis económica y la competencia desleal

Barranquilla, 22 de enero de 2025.- La crisis que enfrenta el sector lechero colombiano es, según Karol Ricardo Ramírez, agricultor y ganadero, un fenómeno que amenaza con llevar a la extinción a una industria fundamental para la economía rural del país.

En una reciente declaración, Ramírez detalló las múltiples dificultades que aquejan a los productores de leche, quienes luchan contra los elevados costos de producción y una competencia desleal derivada de los tratados de libre comercio.

Altos costos de producción

Ramírez explicó que la producción de leche no se limita a la simple tarea de ordeñar vacas. Es un proceso complejo que comienza con la producción de pastos adecuados, los cuales deben ser fertilizados y regados para garantizar su calidad.

A esto se suma la necesidad de utilizar maquinaria agrícola y suplementos alimenticios, como los concentrados, que han experimentado incrementos históricos.

Según el agricultor, en 2023, el costo del bulto de concentrado alcanzó los 105.000 pesos por 40 kilos, un aumento significativo que afecta la viabilidad económica de los ganaderos.

Los gastos no terminan ahí: los productores también deben enfrentar los elevados costos de la mano de obra, el uso de equipos de ordeño, los combustibles para su operación, y los productos necesarios para mantener al ganado sano, como insecticidas y medicamentos. Todo esto ha provocado que el costo de producción de un litro de leche ascienda a alrededor de $1450 a $1600 mientras que los precios de venta están por debajo de los $1300. Esta disparidad está llevando al sector a una situación insostenible.

La competencia desleal de las importaciones

Otro factor que agrava la crisis es la competencia de la leche importada. Ramírez denunció que los tratados de libre comercio han permitido la entrada masiva de productos lácteos extranjeros a precios más bajos que los de producción nacional. En 2024, las importaciones alcanzaron más de 70.000 toneladas, lo que ha provocado un desplome de los precios internos y ha afectado directamente a los ganaderos colombianos.

Empresas como Alpina y Alquería, reconocidas en el sector, son acusadas de preferir comprar leche importada a bajo costo, en lugar de apoyar a los productores locales, lo que ha intensificado la crisis del campo colombiano.

El agricultor planteó la posible solución que tiene que ver con que el gobierno revise los acuerdos comerciales y establezca restricciones a las importaciones de productos lácteos. Además, sugiere que se aumenten los aranceles para proteger a los productores nacionales y garantizar una competencia más justa.

Para Ramírez, es urgente que el Estado intervenga para evitar que esta situación continúe deteriorando las condiciones de vida de los campesinos.

Impacto en el consumidor final

La crisis del sector lechero no solo afecta a los productores, sino también a los consumidores. Ramírez destaca que, a pesar de la caída en los precios de la leche para los ganaderos, los productos lácteos no han experimentado una disminución en los supermercados. Esto se debe, según él, a la intervención de los intermediarios, quienes no están favoreciendo ni a los campesinos ni a los consumidores. Los precios de la leche, el chocolate, el yogur y otros derivados siguen siendo elevados, lo que impacta el bolsillo de los colombianos, especialmente en sectores vulnerables.

Crisis agropecuaria

El problema de la competencia desleal también se extiende a otros productos agrícolas, como la cebolla cabezona. Ramírez señaló que este cultivo lleva más de siete meses por debajo de su costo de producción, con precios en el mercado inferior a los 30.000 pesos por carga, cuando el costo real de producción es de entre $95.000 y 110.000 pesos.

La entrada de cebollas ecuatorianas a precios más bajos está afectando a los productores nacionales, quienes ven cómo su trabajo no es remunerado de manera justa.

El agricultor hizo un llamado a las autoridades para que ejerzan un control más riguroso sobre las importaciones de productos agropecuarios y protejan a los productores nacionales.

«Es hora de que entidades como el ICA, el Invima y la DIAN tomen acciones concretas frente a este fenómeno, que pone en riesgo la soberanía alimentaria del país», afirmó.

Un llamado urgente al gobierno

Ramírez concluyó con un mensaje claro y directo al gobierno colombiano: «No podemos seguir así. El campo colombiano ya no aguanta más». Enfatizó en que se necesitan medidas urgentes para evitar que la situación empeore.

Los campesinos están dispuestos a continuar el diálogo, pero si no se toman acciones concretas, advierte que el sector podría verse abocado a recurrir a medidas más radicales, con consecuencias que afectarían a toda la sociedad.

En resumen, la crisis del sector lechero y agrícola colombiano es un reflejo de la compleja realidad del campo en el país.

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