COSTA NOTICIAS

El CD: ¿De nuevo en camino hacia el desastre? Por: Eduardo Mackenzie

El concejal Sebastián López, miembro del partido Centro Democrático, en un emotivo discurso en Medellín, exhortó en días pasados a los partidos políticos y a los “grupos sociales y ciudadanos” a “dejar la tibieza” y a movilizarse contra el gobierno de Gustavo Petro. Denunció la pérdida de Sura, la mejor EPS del país, y acusó, con razón, a Gustavo Petro de “quebrar el sistema de salud de manera premeditada” y reiteró que todos deberíamos “contener al máximo” al régimen detestable actual para impedir que Colombia sea transformada en una Venezuela chavista.

López criticó la actitud doblegada de los empresarios y de tres partidos políticos en particular, el Conservador, el Liberal y Cambio Radical. Todo eso fue bien dicho. Ese emplazamiento es justo y necesario. Sin embargo, llama la atención que el concejal López no haya mencionado para nada al Centro Democrático, como si ese partido no hubiera contribuido también a la “tibieza” de la oposición que le ha permitido a Petro pasar por encima de todos y violar la Constitución a su antojo para realizar sus malignos propósitos.

El CD es visto a justo título como una fuerza importante de la oposición parlamentaria. Las intervenciones y declaraciones de sus senadores y representantes abundan. Ellos critican con vehemencia el régimen actual y ofrecen análisis acertados sobre la situación creada por el líder del extremista Pacto Histórico. No obstante, el CD es criticado, igualmente, por su silencio ante las iniciativas opositoras que no salen de su seno. Las pacíficas y masivas marchas de protesta contra las reformas nefastas del régimen y la complicidad de Petro ante las matanzas del narco-comunismo contra las poblaciones más pobres y vulnerables no cuentan con el apoyo oficial del CD. Esas movilizaciones siempre fueron convocadas por sectores de la sociedad civil, no por los partidos. El CD, por otra parte, ha sido incapaz de crear un órgano de expresión propio donde la ciudadanía pueda examinar la visión, la actividad y el plan de acción política del CD destinado, no solo a “contener” a Petro, como dice Sebastián López, sino diseñadas para liberar al país de la amenaza de destrucción que Petro impulsa.

Por otra parte, el CD no ha investigado que pasó en la elección presidencial de junio de 2022, pues considera “legal” lo que hizo Petro, ni ha movido un dedo en favor del juicio político que impulsa el doctor Abuchaibe y otros actores de la oposición. Las iniciativas que buscan exigirle al CNE investigar y sacar conclusiones sobre la violación de la legislación en materia de financiación de la campaña electoral de Gustado Petro en 2021-2022, no reciben el apoyo de la dirección del CD. Esta teme que los demagogos la acusen de ser “golpista” solo por invocar el artículo 109 de la Constitución Nacional. Tal recelo virginal hace que el CD asuma una posición idéntica a la de los partidos comprometidos o no con el gobierno: esperar y acomodarse. Luego el concejal

López podrá perorar las horas que quiera, y excluir de sus reproches al CD, pero no llegará a ser oído si no admite que su tesis sobre la apatía alcanza también a la cúspide del CD.

Los errores del CD vienen de análisis desacertados sobre la naturaleza del gobierno actual y de sus ambiciones a largo plazo, y de actitudes de resignación y fatalismo de algunos dirigentes. Tomemos, por ejemplo, el caso del exsenador José Obdulio Gaviria. En una entrevista de marzo pasado concedida a Kienyke dice que la elección de Gustado Petro fue “perfectamente legal” y que fue un “mal necesario”. Más tarde diagnosticó: “Petro trajo incertidumbre a Colombia”. Esas caracterizaciones son eufemismos ridículos, expresiones para atenuar lo que ocurre. Lo que trajo Petro es mil veces peor: es devastación chavista sistemática. El exsenador Gaviria rechaza algunas actuaciones de Petro, pero no tiene la menor idea de cómo oponerse o cómo resistir precisamente a esa ofensiva. Obdulio no propone nada, salvo esperar a que el poder cambie plácidamente de manos. José Obdulio está contra toda acción que pueda desembocar en la destitución legal de Gustavo Petro pues, asegura, “es muy factible que haya elecciones libres en 2026”.

Gaviria tiene una visión electorera, timorata e irreal. Lanza elogios a su pupilo Miguel Uribe Turbay quien repite la teoría de Gaviria de “con votos y en 2026”. El hecho de que Miguel Uribe lance su candidatura sin el aval del CD tiene sin cuidado a Gaviria: ya lo presenta como el “posible candidato del Centro Democrático”.

El asesor del expresidente Uribe, está pues abriendo de nuevo un camino hacia el desastre:  esperar, como hicieron los venezolanos ante Hugo Chávez, dejar que el CD le permita a Petro y su gente consolidar bastiones para que en 2026 el país se encuentre en una confusión peor que la creada por los intrigantes españoles, venezolanos y rusos en 2021-2022, con desinformación masiva, voto electrónico, escrutinio inverificable, presiones físicas en cada mesa de votación, rival electoral ficticio, dineros mafiosos y otras lindezas. Aplazar los combates actuales contra Petro y confiar en los voticos de 2026 es la estrategia boba que le dará toda latitud a Petro o al bloque petrista para seguir en el poder por años y décadas.

Con tales consejeros el CD puede dormir tranquilo.

Otra sorpresa. Según anunció Obdulio este 27 de octubre, el candidato presidencial del CD “no tiene que ser necesariamente del Centro Democrático”. Parece que el CD, en realidad, está buscando un candidato mágico “que reúna a todo el espectro político que comparta los valores de la libertad”. El estima que ese candidato no está en las filas del CD y puede ser escogido por sorpresa y por fuera de la anunciada y confusa “consulta popular inter-partidista” del CD. Eso es lo que Obdulio llama “una oposición firme”.

No olvidemos que Gaviria dijo un día que el expresidente Uribe estaba “totalmente preso” y “distraído” por el proceso falaz construido por el narco-comunismo. Y que eso terminó en sainete triste: en el triunfo interno –contra 9 otros candidatos, en septiembre de 2021–, de la candidatura de Oscar Iván Zuluaga, que Gaviria describió en ese momento como “sólida y más afín a la línea de comportamiento del gobierno de Iván Duque”. Mediante una campaña paralela de insultos contra María Fernanda Cabal, Obdulio ayudó a quienes impidieron que la candidatura del CD recayera sobre ella, la candidata de las bases del CD, la más audaz y capacitada para defender, en la presidencial de 2022, las banderas de la libertad y promover la prosperidad general. Ahora vemos el resultado: la candidatura de OIZ se derrumbó y Petro se incrustó en la Casa de Nariño.

¿Cuál es el próximo paso de ese grupo? Descartar a la senadora Cabal de nuevo, la única que dispone del carácter necesario para enfrentar a los energúmenos petristas, y que podrá restaurar, desde el solio de Bolívar, el Estado democrático y luchar por la paz y contra la subversión, los narco-carteles y el crimen organizado. ¿Piensa la dirección del CD escoger una lumbrera caída del cielo que jamás luchó contra Santos ni contra Petro y que explotará los esfuerzos y el sacrificio de otros, de los que sí lucharon y luchan?

Al momento de escribir esta nota descubro un nuevo alegato de Obdulio. El exsenador sale con un cuento revisionista. Describe a “los socialistas” (petristas) como “defensores de la libertad y el desarrollo”. Cuenta que los socialistas “en muchos países [¿cuáles?] se han plegado a la corriente liberal que defiende la descentralización” y que el ministro colombiano Cristo es digno de confianza y quiere hacer votar un acto legislativo “de descentralización” que “fortalecerá los departamentos”. El ex asesor de Álvaro Uribe jura que Petro “ni enterado estará” de ese proyecto y que éste debe ser apoyado por los senadores del CD. Gaviria no tiene prueba ni garantía alguna de lo que dice, sin embargo, pide que le crean y que el CD marche al lado del Pacto Histórico.

Los conocedores del tema opinan lo contrario. La prensa informó este 26 de octubre que “veinticinco exministros y exviceministros de Hacienda enviaron una carta al Congreso”. Allí advierten que la reforma petrista del Sistema General de Participaciones (SGP), que propone “aumentar los giros del centro a las regiones del 22% al 46,5% de los ingresos corrientes” podría comprometer las “finanzas nacionales y la estabilidad macroeconómica y fiscal del país”.

José Obdulio olvida que el petrismo tiene planes para desfigurar los departamentos y crear, por ejemplo, uno que cubra toda la Costa Pacífica con acceso exclusivo a los puertos y puntos estratégicos del Chocó para realizar sin controles los tráficos con China y el continente asiático. Que piensa dejar sin salida al mar a Antioquia y a Cundinamarca sin Sumapaz. Lo de los giros “descentralizadores” hace parte de ese plan siniestro para reforzar sus clientelismos. Sobre la posición de los ex ministros de Hacienda, Obdulio no dice una sola palabra en su alegado en favor del gobierno petrista.

Obdulio trata de dorar la píldora con otro cuento: los giros monetarios que recibirán los departamentos serán graduales y “comenzarán en 2025”, es decir que esa reforma “será puesta en marcha por el gobierno de la libertad que se inaugure el 7 de agosto de 2026”.  Tales son las ilusiones de José Obdulio Gaviria. ¿A ese paso logrará convertir al Centro Democrático a la religión petrista?

Comparte esta entrada:
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore