Barranquilla, 5 de septiembre de 2022.- Maddie es escritora con discapacidad auditiva y de habla, ella vive en una casa en medio del bosque, está terminando el final de su libro. Tiene una mejor amiga que vive un poco cerca y a veces la visita. En esta película, el director Mike Flanagan juega con la psicología de los cinéfilos y las sensaciones de horror aumentan en el drama de la historia.
Voy a empezar resaltando los mejores momentos de pánico e incertidumbre:
Cuando Maddie ve la foto que le ha tomado el asesino serial: su expresión cambia de forma abrupta, pero la ansiedad que siente el cinéfilo puede convertirse en shock, en cambio, la escritora corre asustada a cerrar la puerta, pero hay algo más tenebroso, verlo a él.
Cuando el psicópata le muestra la mano de su amiga muerta: en esta escena, es posible que el cinéfilo pueda pensar que ella puede rendirse.
Maddie sale de la casa para intentar escapar: esta es mi escena favorita, puesto que, pensaba que se cambiaría el lugar de los hechos a uno más interesante como el bosque, pero, lo que sucede después no se los puedo contar.
Cuando le pregunto a cinéfilos amantes del terror y al thriller psicológico, como por ejemplo, a mi padre que ve tres películas diarias, me dice que esta clase de películas no da nada de miedo porque intuye que va a pasar.
Ahora, quiero hacer una comparación con mi vida, que vivo sola. Luego de ver esta película y escuchar a mi madre decir que no es bueno vivir sola, tiene razón, hay peligro en el mundo y si uno no puede tocarle la puerta al compañero o compañera para pedir ayuda, hay gravedad en el asunto, es peor el caso de Maddie que vive lejos de la civilización.
Termino con un poema
Escucho la melodía del terror
en mi intranquila soledad,
quiero terminar mi novela
pero se acerca una oscura batalla,
hay que derramar sangre para ganar
pues no quiero morir como ellos.