
Valledupar, 10 de octubre de 2025.- Este jueves Congreso de Perú destituyó a Dina Boluarte como presidenta de ese país. Su destitución fue aprobada por una mayoría congresional abrumadora, marcando un nuevo episodio en la secuencia de gobiernos breves y turbulentos que han definido la política peruana en la última década.
El proceso se sustentó en la figura de “incapacidad moral permanente”, un mecanismo constitucional que se ha convertido en herramienta recurrente del Congreso para remover presidentes desde 2016. Los promotores de la moción argumentaron que el Ejecutivo perdió control frente al incremento de la criminalidad y a los escándalos de corrupción en distintos ministerios.
Durante su intervención final, Boluarte apeló a su legitimidad y aseguró que “asumió la presidencia con valentía y amor por la patria”, pero su discurso fue interrumpido minutos después, cuando el Congreso inició la votación. El resultado —121 votos a favor, 2 en contra y 5 abstenciones— selló su salida inmediata del cargo.
A Boluarte la reemplaza en calidad de mandatario interino, José Enrique Jerí Oré, presidente del Congreso de Perú, quien juró el mismo día ante el Parlamento y deberá completar el periodo hasta 2026. Sin embargo, su llegada al poder no ha calmado las aguas: enfrenta cuestionamientos éticos y carece de bancada sólida, lo que anticipa otro ciclo de fragilidad política.
Desde 2016, Perú ha tenido siete presidentes y ningún gobierno que haya culminado su mandato. El ciclo comenzó con la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski (2018), seguida de la destitución de Martín Vizcarra (2020) y el fallido autogolpe de Pedro Castillo (2022). Con la caída de Boluarte, el país consolida una tendencia de inestabilidad que ha erosionado la confianza ciudadana y la institucionalidad democrática.
De acuerdo con varios medios internacionales que siguen de cerca esta noticia, la vacancia no alterará el calendario electoral previsto para abril de 2026. No obstante, la incertidumbre política podría afectar la economía, que ya muestra signos de desaceleración y pérdida de inversión extranjera. El mensaje de Boluarte a la nación, transmitido minutos antes de su destitución, buscó apelar a la opinión pública: mencionó logros en educación y programas sociales, pero omitió referirse a los cuestionamientos que motivaron la moción.
Su salida, según analistas, confirma el predominio de un modelo “parlamentario de facto”, donde la estabilidad presidencial depende de mayorías volátiles y alianzas efímeras. Con la asunción de Jerí, Perú vuelve a comenzar un ciclo sin certezas, en medio de una sociedad exhausta y un Estado incapaz de sostener sus propios liderazgos.
En concreto, José Enrique Jerí Oré sería presidente del Perú hasta el 26 de julio del 2026, cuando finalizará el periodo, sino se toman otras decisiones a posteriori.
El recién juramentado Presidente peruano José Jerí, ofreció su primer discurso nación: en el que señaló: “Asumo con humildad la presidencia para instalar un gobierno de transición”.
Seguidamente el presidente José Jerí se retiró de su casa en Jesús María para dirigirse a Palacio de Gobierno. Es la historia sin fin de Perú. La gente de Perú no quedó muy contenta con este reemplazo. Lo califican de “impresentable”…
Por su parte, la expresidente Dina Boluarte, manifestó: “Me voy tranquila y en paz; porque puedo decir, con la moral en alto y con dignidad íntegra, que he dado todo de mí”.
En este mismo sentido de tranquilidad se manifestó el abogado de Dina Boluarte, quien desmintió los dimes y diretes desatados en el vecino páis de Colombia: “Ni asilada, ni no habida. Ella está en su casa”
La trayectoria de José Jerí, el nuevo presidente de la República
La polémica respecto a José Jerí es porque hace cuestión de meses fue denunciado por “corrupción” y “violación” a una mujer.
Al enterarse de su designación, la Coordinadora de Derechos Humanos del Perú denunció que “ ningún funcionario con denuncias graves debería asumir la más alta representación del Estado” y exigió “no más impunidad en el poder”.
Jerí tiene 38 años, nació en Lima, es católico, vive en unión libre y no tiene hijos.
Desde 2013 está afiliado al partido derechista “Somos Perú”, donde desempeñó varios cargos y se postuló en varias elecciones para entrar a la Municipalidad de Lima, pero nunca fue elegido.