ECONOMICAS, NACIONALES

Encarecimiento del combustible, sumado a mayores costos en peajes y repuestos, presiona la estructura logística del país y eleva el valor de fletes esenciales para los sectores agrícola, manufacturero y comercial. Expertos advierten que esta tendencia puede consolidarse en 2026 si continúa la reducción del subsidio.

Valledupar, 11 de diciembre de 2025.- El más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) sobre el Índice de Costos del Transporte de Carga por Carretera (ICTC) muestra que el indicador registró una variación anual de 6% en octubre de 2025. Dentro del resultado, combustibles presentó un incremento de 8,10 %, con una contribución de 3,01 puntos porcentuales, cifra que confirma su papel determinante en la formación de costos del sector.

La estructura del ICTC asigna al combustible una participación de 40,2 %, lo que convierte este insumo en el componente más sensible de toda la canasta. Esa ponderación explica por qué ajustes relativamente moderados del diésel se traducen en variaciones inmediatas del índice. Según el informe, otros grupos como mano de obra, peajes, mantenimiento y llantas también registraron incrementos; sin embargo, ninguno tuvo un efecto comparable al de combustibles en la variación general.

En la lectura mensual, el ICTC avanzó 0,16 %. Combustibles registró 0,19 %, mientras costos fijos y peajes marcaron 0,18 %. La trayectoria mensual muestra un comportamiento alineado con los promedios del año y mantiene a combustibles como el componente con mayor incidencia dentro del conjunto de gastos asociados al transporte de carga.

Las cifras divulgadas por el Dane coinciden con los análisis del profesor y especialista en mercados energéticos Sergio Cabrales; según su evaluación, “cada año se reduce el subsidio del FEPC aplicado al precio del galón de diésel en Colombia”. Para 2025, estima un subsidio promedio de “solo $2.500, el nivel más bajo de los últimos cuatro años”.

Esta reducción del apoyo fiscal implica que una mayor proporción del costo del combustible es asumida directamente por las empresas transportadoras. Cabrales también destaca que “el precio del diésel aumentó de $7.500 por galón en 2020 a $10.900 en 2025, lo que equivale a un incremento del 45 %”. Esa variación se enmarca en la corrección de la brecha entre el precio local y las referencias internacionales, proceso que ha ocurrido de manera gradual y que ha reducido el margen de intervención del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles.

Respecto a los próximos meses, el analista anticipa que “con la caída de los precios internacionales del diésel y de la TRM, sumada a los ajustes internos, el subsidio del FEPC continuará disminuyendo en el 2026”. De confirmarse esta trayectoria, la proporción del costo del combustible que recae sobre los operadores logísticos sería mayor, lo que mantendría la sensibilidad del ICTC frente a cualquier variación del precio del diésel.

La información disponible sugiere que la evolución del ICTC durante los siguientes trimestres dependerá, en gran medida, del comportamiento del combustible, de los ajustes salariales y de los valores de peajes, que, junto con servicios de mantenimiento, conforman los principales grupos del índice. El seguimiento de estas variables permitirá evaluar los costos del transporte de carga y su impacto en la cadena logística nacional.