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Bienvenidos a la trocha del Sol. Por: Indalecio Dangond

Eran las 4 de la madrugada del pasado 22 de diciembre. Después de acomodar la maleta en el baúl, un termo de café y una botella de agua en la consola de mi vehículo, puse el Waze para ver la ruta más conveniente entre Bogotá y Valledupar. En la pantalla del celular me indicó que debía tomar la ruta del Sol, con una distancia de 867 km y un tiempo estimado de 12 horas y 45 minutos.

Cuando tomé la calle 80 para salir de Bogotá, apareció el primer contratiempo. La señora alcaldesa, Claudia López, le ha dado tan mal manejo a la movilidad de la ciudad, que hasta en las madrugadas tenemos que padecer los trancones en avenidas como la calle 80, autopista norte y la calle 13. El segundo preaviso de que el viaje iba a ser bastante demorado, fue la hora y media que duré en los 20 km entre Villeta y Guaduas. La vía es bastante angosta y congestionada por las caravanas de tractomulas que transportan toda la carga que entra y sale desde Bogotá hacia Antioquia y puertos de la Región Caribe.

En la rotonda de la salida en Guaduas, se ve un enorme aviso que dice. “Bienvenidos a la ruta del Sol No.1”. Uno supone una doble calzada de 68 kilómetros entre Guaduas, el Koran y Puerto Salgar, inauguarada el año pasado, con una inversión de 1.5 billones de pesos. Este tramo quedó convertido en un solo carril con una tronera de huecos, allí se me estalló la primera llanta. Afortunadamente, fue llegando a una llantería al lado de la primera estación de gasolina de esa vía. Los dos llanteros no daban abasto con la cola de vehículos con llantas reventadas. Hasta tenían un servicio a domicilio de venta desde Puerto Salgar. Ahí perdí los primeros $15.600 del peaje y las primeras dos horas del viaje.

Continuando con este relato, me encontré con un segundo aviso que dice “Bienvenidos a la ruta del Sol No. 2”. Ingenuamente, creí que ahí si iba a encontrar una autopista con doble calzada de 510 km hasta el municipio de San Roque Cesar. No había recorrido siquiera 100 kilómetros, cuando ya se me había estallado la segunda llanta. Fueron otras tres horas de angustia, pues la llantería más cercana estaba a 45 minutos de distancia con otra cola devehículos más larga que la primera, esperando turnos. En ese trayecto de Puerto Boyacá, Puerto Berrío, Puerto Araujo y la Lizama, encontré muchos vehículos accidentados y familias que habían pasado la noche durmiendo en sus vehículos esperando el servicio de una grúa. El siguiente tramo que une a Barrancabermeja con San Alberto, Aguachica, Pailitas, Curumaní y San Roque, es otro desastre de carretera. El que supere una velocidad de 50 km/hora, puede terminar en un fatal accidente.

Cuando crees que el calvario ha terminado, aparece otro letrero que dice “Bienvenidos a la ruta del Sol No. 3”, un fraude de doble calzada entre San Roque, Bosconia, Valledupar y la Y de Ciénaga. En ese tramo, hay más peajes y fotomultas, que huecos. Ni que hablar de la vía entre Bosconia y el Carmen de Bolívar.

Qué bolea de bandidos.

 

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