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Parapeto. Carta abierta a los campesinos de Colombia. Impacto a la población campesina por el conflicto armado. Por: Julio Bahamon

Del informe final de la Comisión de la Verdad pude extraer un resumen general de lo que significó para los 20 millones de campesinos de Colombia el conflicto armado en los últimos 40 años, analizado por esa comisión y al que poco interés le hemos puesto. Por tener un espacio limitado para la publicación de mi columna tratare de demostrar aspectos interesantes sobre los que quiero llamar la atención de Uds.

De esa población campesina durante esos años violentos fueron desplazados por los grupos criminales 8,6 millones de personas de las cuales el 87% pertenecían a zonas campesinas. En las mismas acciones violentas Uds. fueron despojados de más de 2,3 millones de hectáreas, aunque hay datos que afirman que son más de 6,5 millones de hectáreas.

De ese número de hectáreas que les fueron robadas, después de firmada la Ley de Victimas, les han sido restituidas apenas 322 mil hectáreas.

El desplazamiento forzado, el despojo de tierras, la perdida de derechos políticos, el exilio de muchos, el asesinato y las amenazas, los campos minados, las tomas guerrilleras y de narcotraficantes promotores de la minería ilegal a municipios de tradición campesina, han sido y continúan siendo la principal afectación que hicieron del campo un escenario de guerra. Inicialmente el problema de la tierra tuvo su origen en el conflicto armado. Hoy estimados amigos, esa tierra está en poder, en un altísimo porcentaje en manos de los grupos criminales autores del despojo de sus propiedades y del desplazamiento de los 8,6 millones de colombianos. Petro pretende echarle la culpa a los “paramilitares” que paradójicamente son hoy sus socios como gestores de paz. Increíble pero cierto.

Hoy esos grupos al margen de la ley, llámense disidencias de las Farc, el ELN, el Clan del Golfo, las AUC, fungen de ser grupos aliados del actual gobierno.

Vemos a diario alocuciones del presidente Gustavo Petro rasgándose las vestiduras y lamentando lo ocurrido, pero no se ha visto una acción contundente que nos lleve a creer que existe intención oficial por parte del gobierno, en la dirección correcta: La restitución a favor de los campesinos de la tierra que les quitaron, afectando a cientos de miles de familias campesinas que hoy están sufriendo de pobreza absoluta.

Terminaba de escribir esta carta abierta a Uds. cuando conocí “Las reflexiones de semana santa del por qué, del poder Constituyente”. Naturalmente que la farragosa propuesta de Gustavo Petro viene a engroso las múltiples cortinas de humo a las que nos tiene acostumbrados y se convierte en un “carro bomba” contra las instituciones, a las que no debemos ponerle atención.

El gobierno de Petro les miente cuando les dice a Uds. que los “terratenientes” y el Dr. Álvaro Uribe, no le han permitido adelantar los programas de reforma agraria. Eso no es verdad, es una colosal infamia que utiliza para revivir en sus corazones el odio de clases, instigándolos para que le acompañen a una insurrecciona general, que le facilite convocar al pueblo a una constituyente.

Uds. amigos, están en el derecho de conocer la verdad: Fedegan desde el inicio del actual gobierno puso sobre el escritorio del presidente Petro una oferta de 3,0 millones de hectáreas, y ofreció gestionar entre los ganaderos de Colombia la venta de la tierra que necesite el gobierno. A la fecha ha comprado escasamente 23.000 hectáreas. El gobierno conoció luego el ofrecimiento de 700.000 hectáreas productivas, y ha hecho caso omiso de la misma. No deben caer en el engaño.

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