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Los niños no son del Estado. Por: Ex Magistrada María Patricia Ariza-Velasco

Nos hemos ido acostumbrando a escuchar o leer diariamente toda la bazofia que expresa sin ninguna contemplación y sin caridad alguna para consigo mismo el primer inquilino de la carpa de Nariño.  Su corte de áulicos cae en la trampa de emularlo, considerando que la mayoría de los colombianos son ignorantes, que aplauden cual focas entrenadas sin refutar, mientras algunos aún mas hilarantemente locos pretenden “interpretar lo que realmente quiso decir”. Ha superado con creces sin duda alguna a Maduro del que tanto nos hemos burlado por las babosadas públicas.

Desde ayer el motivo de rabia, mezclada con risa, es la afirmación contundente de quien dice ser médico y es la cabeza del Ministerio de Salud, siguiendo el patrón comportamental de Petro. Este individuo que no es abogado, pero debe estar asesorado por expertos juristas en esa cartera ministerial, sin ningún recato o vergüenza afirmó que “la patria potestad de niños, niñas y adolescentes es del Estado”.  Ahí cabe el hashtag “#conlosniñosnosemetan”. Sin duda se trata de un atentado contra los derechos de esta población consagrados en el artículo 44 de la Carta Política, además en la Convención sobre los Derechos del niño, en el Código Civil y en el Código de Infancia y Adolescencia.  Encontramos el ministro entró el terreno de la violencia contra los niños, niñas y adolescentes.

Primer punto: confunde el ministrico, como lo hace a propósito, tal como embolata la realidad en todos los temas de la cartera que dirige, con objetivos claros de apuntar al caos en que se encuentra el sistema de salud, que es un ejemplo vivo de lo que ha sido fríamente calculado buscando réditos predecibles en detrimento de los colombianos, pero con propósitos precisos para quienes se tomaron el poder irregularmente, a fin de atornillarse, sin importar la suerte de los compatriotas o residentes, subvirtiendo el orden constitucional y legal.  En el caso que motiva estas líneas, confunde Guillermo Alfonso Jaramillo el papel que ejerce el ICBF frente a niños abandonados y a la cantidad de procesos administrativos que deben mediar y a los cuales tiene que someterse la población de niños, niñas y adolescentes a lo largo y ancho del país, con la actuación obligatoria de los defensores de familia y en algunas ocasiones los comisarios de familia, en razón del abanico de problemas o conflictos familiares y de otra índole que rondan a la infancia y adolescencia, donde emerge entre otros aspectos la custodia de ellos, pero jamás, jamás la patria potestad, porque esta es exclusiva de los padres según lo dispone el Código Civil que ha sobrevivido 148 años.  El ministro de marras, al que es difícil de aplicarle el principio constitucional de la buena fe, porque ha dado muestras fehacientes de todo lo contrario. Aplica el dicho popular en cambio de “sospecha y acertarás”. Evidencia tal como lo hace su jefe, que conoce de un tema, exhibiendo un mar de conocimiento con un milímetro de profundidad, pues de pronto leyó algo de la historia de la lejana Esparta, donde los varoncitos eran separados de sus padres para instruirlos en especial en el arte de la guerra, o a lo mejor muy posiblemente cree que con tanta triquiñuela ya somos replicas exactas de Cuba o Venezuela. Hay que pasarle la información que la patria potestad la puede perder uno o los dos padres, pero media la decisión judicial. Esta posición sin duda, de atribuir al Estado este derecho-obligación se encasilla en el puro fascismo al mejor estilo de Mussolini, que tanto critica la izquierda radical, pero que nadan en él tranquila y cínicamente.

El Estado colombiano tiene muchas obligaciones, algunas que no cumple reiteradamente el gobierno de turno frente a la población de infancia y adolescencia, como el derecho al acceso a los servicios de salud, gracias al “ch uchu chu” ideado por la mente enfermiza de Petro, pero jamás, se insiste contundentemente puede atribuirse al Estado el derecho de ejercer la patria potestad. Jaramillo hace gala de ignorancia supina, como lo ha hecho la mayoría del gabinete ministerial, pues se “dan garra” entre ellos para superarse en falta de conocimiento y experiencia pertinente y por tanto demuestran monumental ineptitud, fenómeno que no se había experimentado en gobiernos anteriores pues de haber sucedido entonces, los estallidos sociales.

Segundo punto: el exabrupto y bruta consideración antes considerada se efectuó en el marco de un programa de “prevención” de la fiebre amarilla, enfermedad viral hemorrágica, que se genera en determinadas zonas geográficas, donde han aparecido lo que en el vocabulario de epidemiología se denomina “brote”, que según informaciones se inició en Colombia a finales del 2024, siendo conocidos hasta inicios de este mes 47 casos. Importante, hay que aclarar que, la zona donde epidemiológicamente se desarrolla la enfermedad está localizada en los departamentos de Amazonas, Arauca, Caquetá, Casanare, Cesar, Guanía, Guaviare, La Guajira, Meta, Putumayo y Vichada. Debe prevenirse vacunando a la población residente en esa zona y exigiendo la vacuna contra esta enfermedad viral hemorrágica a quienes viajan por diversas razones a esos sitios, además de realizar el exterminio o prevenir el auge del “aedes aegypti”, mosquito transmisor.  Pero hay que decirle al ministrico, que a pesar de que esa vacuna  hace parte del esquema nacional de vacunación obligatorio para niños menores de cinco años,  media el denominado “consentimiento informado sustituto” que deben otorgar los padres, representantes legales o cuidadores autorizados de cada niño o niña, tal como lo explica la Corte Constitucional en la Sentencia C-900 de 2011, donde es posible el “disentimiento informado” el cual debe quedar como constancia para blindar de responsabilidades al personal médico o paramédico encargado de la salud de los infantes y adolescentes. Que cosas trae la vida! Jaramillo fue antivacuna, fue reconocido como tal en el pasado y ahora es defensor y más aún va más allá apelando a falacias para imponerlas. Entonces, como hay que dudar ante tanta mentira y tramoya diaria que evidencia el pueblo colombiano en el desgobierno de turno y además a sospechar, es probable que de por medio se esté planeando un negociado que permita importar más dosis de vacuna contra la fiebre amarilla, pues Colombia no las produce.

OJO: Pilas pues, el totalitarismo en ciernes está abriendo caminos….

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