COLUMNISTAS

La semana anterior el gobierno de Donald Trump invitó a su colega de Ucrania, Volodimir Zelenski para “persuadirlo” a firmar con la Rusia de Vladimir Putin, su invasor, una Paz Romana, es decir, a hincarse ante los todopoderosos dueños del mundo y al poder militar, haciendo de cuenta que en su pais nada a ocurrido. Que una insólita guerra que Rusia de manera abusiva le declaró hace tres años, un pueblo valiente dirigido por Zelenski lo enfrento con patriotismo y decisión, recordándonos la historia bíblica del enfrentamiento entre los ejércitos del pequeño David contra el poderoso Goliat, a quien David derroto con una honda, causándole una herida mortal en su cabeza.

La historia de este combate entre el pastor Israelí David con Goliat, un guerrero filisteo, según cuenta la Biblia en 1 Samuel 17, alrededor del siglo Xl A.C. relata en contexto la lucha entre israelitas y filisteos. Goliat, el poderoso y gigante guerrero filisteo desafió al ejército de Israel a un combate individual. David, un joven pastor sin experiencia militar, acepto el reto confiando en Dios. Con una honda y una piedra derribo a Goliat de un solo golpe en la frente y luego, lo decapito con su propia espada.

¿Que nos enseña ese episodio?
1.- La fe y la valentía vencen la adversidad.
2.- El ingenio supera la fuerza bruta.
3.- Los pequeños pueden derrotar a los grandes.

Finalmente, representa el triunfo de los oprimidos sobre los poderosos.

Desafortunada la injerencia de Trump, porque el presidente de los EEUU había manifestado en campaña que, si era reelegido, resolvería la guerra entre Rusia y Ucrania “en 24 horas”. Sin embargo, su intención la ve el mundo en dirección a inclinarse a forzar a Ucrania a hacer concesiones, lo que el señor Zelenski, con justa razón, no acepto.

Los americanos no pueden forzar a Ucrania a aceptar una paz que implique ceder territorio a Rusia, pues el origen unilateral de la invasión salió de Rusia y Trump pretende que Ucrania reconozca las anexiones logradas con la guerra.

La propuesta de Trump a los ojos del mundo no lograría una paz justa y sostenible, con muchas consecuencias hacia el futuro.

Trump tampoco tiene autoridad directa para obligar a Ucrania a aceptar una rendición a cambio de nada. El problema lo causo Rusia y sin una compensación adecuada por los daños que les causo, difícilmente podrá ser aceptado por el pueblo ucraniano. El ejército ruso es el invasor. El presidente de los EEUU debe reflexionar antes de actuar porque no se está enfrentando a un pais pequeño, respaldado por los aliados europeos y la Otan, sino que debe reconocer que Europa es clave en su apoyo a Ucrania. Su engreído vicepresidente debe bajar el tono en las reuniones diplomáticas, porque muy a su pesar, con todo el poder del coloso del norte no podrá forzar una rendición total sin una negociación justa.