La coalición de gobierno se le cayó al presidente Petro y por eso ya anunció que acudirá a lo que el llama “la calle” para presionar la aprobación de las reformas.
Eso solo significa que se presentarán escenarios similares a los que llevaron a Colombia a la peor crisis económica de los últimos años.
La única forma de evitar ese desenlace es que el presidente Petro entienda que no cuenta con el poder popular para obligar esas reformas.
La fuerza pública se va a encontrar frente a una situación muy difícil pues ante las manifestaciones violentas de la “primera línea”, organización artificial, financiada por dineros oscuros y que no representa al poder popular, el gobierno mismo atará sus manos.
Lamentablemente, y contra toda lógica, no podrá ser la fuerza pública quien detenga la violencia.
Lo anterior, unido a la acción coordinada con “guardias campesinas” y “movimientos armados”, todos ellos que, igual, no representan el poder de “la calle” que esgrime el presidente Petro.
¿Qué camino le queda a Colombia para evitar que unas fuerzas violentas obliguen a la aprobación de unas reformas que rechazan sus ciudadanos?
¿Será la confrontación directa entre la “primera línea” y los grupos de ciudadanos la solución, tal y como lo plantea en su columna en Semana Francisco Santos?
En ese orden de ideas ¿Quien se enfrentará a las “guardias campesinas” y los “movimientos armados”?
¿Renacerán las Autodefensas”?
El panorama es bien complicado pues si el gobierno gana este pulso es muy probable que lo siga empleando cada vez que lo necesite y estaremos a un paso de convertirnos en otra Venezuela.
En Venezuela las caceloras perdieron la batalla contra los fusiles.
Eso, El foro de Sao Paulo y Petro como su exponente en Colombia, lo saben muy bien.
Nosotros, los ciudadanos que queremos una Colombia libre, ¿lo tenemos tan claro como lo tienen ellos?
¿Estaremos ilusionados en “salvadoras” intervenciones extranjeras como la fracasada “Bahía Cochinos” o la que hace 20 años esperan nuestros vecinos?
Creo que se acerca el momento de las grandes y definitivas decisiones.
Tenemos que prepararnos para la lucha pues del resultado de esta primera confrontación dependerá el futuro de Colombia.
Sin embargo, hay otro camino que puede solucionarlo todo en forma fácil y expedita.
La solución es que las Fuerzas Armadas de Colombia se pongan del lado correcto de la Historia y faciliten unas elecciones limpias en las que los colombianos podamos escoger a los líderes honestos, comprometidos y capaces para reemplazar a la “caterva de descastados” de izquierda, centro y derecha, que nos han llevado a este terrible escenario.
Está demostrado que el país, en manos de esta “caterva de descastados” va a terminar en una guerra civil.
No hay que esperar a que esta solución se convierta en inviable.
Hay que actuar y hacerlo ya.
Para su gentil reflexión.