Se difundió por las redes el regaño que el señor e ilustre expresidente Álvaro Uribe Vélez le dio a un ciudadano al que le calculamos entre los 79 a 82 años de edad, los que por razones obvias merecen respeto, y, por lo tanto, las canas y la edad deben tener cierto privilegio en materia de tratos. Todos, cualquiera que sea su condición social y económica merecen un trato generoso, sobre todo, si se está en el mismo norte de la causa.

Naturalmente, entendemos que el hoy presidente, señor doctor su excelencia, Gustavo Petro Urrego, cuando era congresista, insulto a su colega también congresista, me refiero al señor expresidente Uribe, y este le respondió varias veces en términos durísimos, valientes, aún más fuertes que el utilizado por el anciano que tomó la palabra para decir una verdad, por la que fue acreedor a un fuerte y mal sonoro regaño. Y… digo mal sonoro, por la forma que el ex Presidente Uribe lo recriminó.

Hay muchas formas de decir lo mismo, con más elegancia sin atropellar, sin ser tan duros con la edad y la buena voluntad de ese señor viejo, que a lo mejor se quiso identificar con la opinión generalizada del término que corre por todos los rincones del país, y tal vez, en el sentir mismo de los que estaban en la audiencia.

Yo sé que el doctor Uribe, es un paisa valiente, echado “pa lante”, pero lo cortés no resta esa valentía, antes, la fortalece y más que todo si se dicen bien las cosas, me refiero a la elegancia y el brillo de quien se destaca y se dice, que es el mejor presidente que ha tenido la historia de Colombia. Pues con mayor razón obliga, a que sus palabras sean coherentes con el brillo intelectual, y no el producto de una reacción político pasional, que podría confundirse con el populismo. Carlos Lleras de la fuente trató a Santos de rata.

El buen trato siempre deja el recuerdo que engrandece, y las reacciones ásperas, innecesarias, dan pie a lecturas que conlleven a interpretaciones que se carguen de una dosis subliminal de una relación política, para torear, apaciguar las ocurrencias del Excelentísimo señor Petro, para que no toquen ciertos intereses particulares.

A la culebra se le reduce dándole por la cabeza, esta frase la escuche en el gobierno de Uribe, tal vez el expresidente, ahora con la veteranía que da la edad, prefiera cansarla y jugar con ella y después hace lo propio. ¿Pero será que esas reacciones no espantan a los miembros del CD? Ojala que no.

Así como la política requiere de un mínimo intelectual, de habilidad, de táctica, y la ley, de un mínimo ético, la prudencia exige una máxima aplicación, para que las anteriores brillen, y no se opaquen. Que caro le salió al pobre viejo, el haberle dicho guerrillero a su Excelencia Petro. Churchill decía: El precio de la grandeza es la responsabilidad. -Respeto, la salida del señor expresidente Uribe, pero no comparto la entonación, ni la letra de su acento, para regañar al querido viejo. Hay otras notas, más sonoras que producen el mismo efecto sin lastimar.

El suscrito está en oposición al Gobierno de su Excelencia Petro, pero no hago parte de ningún grupo político. Soy independiente, no obstante, como la oposición se suma como una, ofrezco mis disculpas al señor anciano, me dolió verlo opacado por el regaño. No desearía estar en su pellejo.

Toronto Canadá.

senengonzalezvelez@hotmail.com