COSTA NOTICIAS

Petro está desesperado por el triunfo de José Antonio Kast. Por: Eduardo Mackenzie

El presidente Gustavo Petro dio lo único que podía dar ante ese hecho: exageraciones ineptas y frases amargas. “Por el sur y por el norte vienen los vientos de la muerte” escribió antes de revelar su miedo paranoico: “Vienen por nosotros y debemos resistir”. ¿Resistir por qué, cómo y contra quién? Contra los nazis, claro, pues Petro ve en el nuevo presidente electo de Chile –un abogado católico de derecha, moderado, opuesto al aborto, como la Iglesia católica–, un nazi feroz que le arrebató a la comunista Jeannette Jara –quien estima que Cuba es una “democracia diferente”–, la posibilidad de ser presidente de la República de Chile.

“El fascismo avanza, jamás le daré la mano a un nazi y a un hijo de nazi, tampoco; son la muerte en ser humano”, gesticuló el inquilino de la Casa de Nariño. Empero, es lícito imaginar que Petro –quien olvida muy pronto lo que dice–, no se privará de darse un paseo por Chile con el pretexto de la posesión de Kast, el próximo 11 de marzo. ¿No hizo eso en Ecuador cuando asistió en mayo pasado a la posesión de Daniel Noboa, cuya elección él había calificado de fraude?

No le faltó a Petro en su mensaje de ayer su estribillo infantil sobre la mágica espada de Bolívar, con la que, dijo, vencerá a los nazis. Parece que también los vencerá con flechas: “Desde lo más profundo del sur oceánico, las flechas de Arauco frenaron a los españoles”. E insistió: “Atenti Grancolombianos, con la espada de Bolívar en alto y paso de vencedores”.

En lloriqueo lamentable agregó: “Me han bloqueado mi trino sobre la derrota progresista en Chile” (…) “Ya me censuraron el trino que escribí, pero dije allí y lo repito, volvieron a matar al presidente”.

El triunfo espectacular de José Antonio Kast simboliza, entonces, la segunda muerte de Salvador Allende. Comparación grotesca que nadie hace, salvo el triste mandatario colombiano. Como él tocó ese tema habría que decir algo: sobre la muerte de Allende quedan en pie dos hipótesis: 1.- Allende se suicidó al verse perdido por el golpe de Estado de Pinochet. 2.- Allende fue abatido por uno de los cubanos que Fidel Castro le había enviado para tenerlo controlarlo y convertirlo en mártir revolucionario antes de que el chileno anunciara su voluntad de rendirse, según dos ex agentes cubanos, exiliados en Francia, que vivieron el bombardeo de La Moneda, el 11 de septiembre de 1973.

“Cuiden la tumba de Neruda”, recomendó Petro. ¿El teme que Kast disperse los restos del poeta? Tal vez Petro tiene en mente lo que hizo su admirado Hugo Chávez cuando ordenó profanar el sarcófago de Simón Bolívar, en julio de 2010, pues estaba obsesionado con la idea de que el Libertador no había muerto de tuberculosis sino “asesinado” por Colombia.

“Triste que Pinochet tuvo que imponerse a la fuerza, pero más triste ahora es que los pueblos elijan su Pinochet: elegidos o no, son hijos de Hitler y Hitler mata los pueblos” (sic), insistió Petro. Detengámonos un segundo en esta frase. ¿Qué dice entre líneas? Que más triste que el golpe militar de Pinochet es que el pueblo chileno haya escogido a Kast en elecciones libres. Y que aún si Kast fue elegido por el pueblo no deja de ser un Hitler. Esa frase, típica de un stalinista, es una radiografía del estado mental del presidente de Colombia, y la prueba de que él nunca supo qué es el nazismo ni entendió los episodios más dramáticos de la Historia.

Es evidente que Petro no entiende cómo Kast logró unir a las mayorías contra el proyecto comunista.  El malestar de Petro es, quizás, una premonición de lo que le ocurrirá a él el 31 de mayo de 2026.

Comparte esta entrada:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore