COLUMNISTAS

Hace unos días escuché a un combativo empresario textilero paisa sobre la idea de conformar una “minga” empresarial.

En tono de broma, pero en el fondo muy en serio, este prohombre le reclamaba al presidente por el abandono a los empresarios en contraste con la atención que demuestra a los indígenas.

Es un hecho que los indígenas, pero en especial, sus caciques, han estado aprovechándose del estado.

Los indígenas reciben todo y no aportan nada.

De lo que reciben, un gran porcentaje se lo roban los caciques y el otro se lo beben en trago.

Lo manifestado por el senador JP Hernández, con cifras en la mano, no deja lugar a dudas.

Los indígenas son una de las venas rotas de la economía colombiana.

Son además, dueños de inmensas extensiones de tierra, que mantienen totalmente improductivas.

El Partido Nuevo y Limpio va a atender esa situación y la va a arreglar.

Los indígenas deben recibir todo el apoyo del estado para que emprendan y se autofinancien.

Los indígenas no van a recibir ni un solo peso más del estado.

Ningún dinero les será entregado, se les entregará todo lo necesario, recursos y asesoría, para que se auto sostengan poniendo a producir toda esa tierra que tienen.

Por otro lado, el reclamo del empresario es totalmente justificado.

El Partido Nuevo y Limpio aliviará de onerosas cargas tributarias a las empresas e implementará iniciativas como los tres turnos de producción en todas las empresas, lo que automáticamente multiplicará por tres el empleo.

Las empresas tienen su capacidad de producción limitada porque el mercado es limitado para sus productos.

El salario pagado en esos tres turnos, también multiplicará por tres el mercado y con ello se justificará la producción.

La economía colombiana no levanta, no por culpa de los empresarios, ellos se juegan todo cada día al frente de sus trabajadores para asegurar el sustento para las familias de sus empleados.

La economía colombiana no levanta es por culpa de esta “caterva de descastados” de izquierda, centro y derecha, ineptos, corruptos e indolentes que nunca han pensado en el futuro de los colombianos sino que siempre piensan en su propio bienestar.

Defenestrando a esa caterva de descastados, tendremos la oportunidad de ejecutar planes y programas que verdaderamente sean de beneficio tanto para los patronos como para los empleados.

La paz no se consigue con retórica barata ni con concesiones de hinojos ante los criminales.

La paz se consigue mediante una verdadera justicia social.

La justicia social se logra cuando el patrono puede aumentar su capital para hacer crecer la empresa y generar más puestos de trabajo y el empleado consigue los beneficios para poder mejorar dia a día las condiciones de vida suyas y las de su familia.

Colombianos, los exhortó a que empiecen desde ahora a apoyar la idea de conformar ese Partido Nuevo y Limpio.

Yo creo firmemente que es único camino que nos podrá sacar de este profundo pozo de desesperanza y frustración en que hoy nos encontramos.

Colombianos, no hay marcha atrás.

Atrás está el abismo.

Para su gentil reflexión.