
Su dimisión coincide con la propuesta de una Asamblea Constituyente presentada por el Gobierno, y anticipa una batalla internacional por la “justicia universal” frente a lo que considera crímenes impunes.
Valledupar, 24 de octubre de 2024- En una carta de renuncia sin precedentes por su tono y contenido, el ministro de Justicia y del Derecho, Eduardo Montealegre Lynett, anunció su retiro “irrevocable” del gabinete del presidente Gustavo Petro.
Desde la capital francesa, el exfiscal general acusó al Tribunal de Bogotá de haber incurrido en prevaricato por absolver al expresidente Álvaro Uribe Vélez, a quien califica como “criminal de guerra” y “corrupto”.“Uribe es el amo de la justicia, y ella, como esclava, se inclina sumisa ante su inmenso poder. Yo no lo haré”, escribió Montealegre en una misiva de cuatro párrafos cargada de indignación, en la que denuncia una supuesta cooptación de la Corte Suprema, la inacción de la Fiscalía ante delitos de lesa humanidad, y la connivencia del actual procurador general —a quien llama “aliado del abogado mafia”— con una estructura de impunidad política y judicial.
El ahora exministro afirma que retomará el ejercicio de sus derechos como víctima de Uribe ante tribunales internacionales, para “clamar por el fin de su violencia sistemática contra el pueblo humilde y trabajador”. También denuncia una “nueva gobernanza paramilitar” respaldada por sectores del uribismo y sectores del Pacto Histórico “que dicen impulsar la transparencia”.
La renuncia ocurre un día después de que el Gobierno presentara un proyecto de ley para convocar una Asamblea Nacional Constituyente con 71 delegatarios y facultades extraordinarias para el presidente, un plan que ha generado críticas por concentrar el poder en el Ejecutivo. Montealegre, en su carta, respalda esa iniciativa al señalar que “la constituyente de iniciativa popular es el único camino para derrotar al establecimiento”.
Agradeciendo al presidente Petro por su designación, el exministro concluye con una advertencia: “Cuídese mucho: en palacio hay traidores que acechan con dagas peligrosas”. La renuncia abre una nueva crisis en el gabinete, en medio de un ambiente político polarizado y una justicia enfrentada a señalamientos cruzados.