El organismo internacional, mediante afirmaciones y advertencias, acusa al gobierno colombiano de incitar a la violencia contra los desmovilizados de las FARC-EP.
También lo acusa de “aparente desprecio de las garantías que les otorgaron a las FARC-EP durante las negociaciones en La Habana, sobre todo el respeto al derecho a la vida.
A la vez que exige al Gobierno del presidente Duque a tomar medidas inmediatas para implementar los acuerdos de paz.
Barranquilla, 9 de junio de 2019.- A raíz de las graves acusaciones al gobierno colombiano que hiciera la señora Agnès Callamard, Relatora Especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos –FEDEGÁN– consideró en su última columna editorial, que estas son inauditas y malintencionadas.
La Sra Callamard no sólo acusa al Gobierno de “incitar a la violencia” y “despreciar” la garantía del derecho a la vida, sino que tilda a Colombia de dictadura miserable y al presidente Duque de sátrapa al estilo del vecindario.
“Son inauditas y malintencionadas sus afirmaciones y advertencias: “Instamos al gobierno colombiano a que deje de incitar a la violencia contra los desmovilizados de las FARC-EP…”, sin pasar por el país ni esperar las respuestas del Gobierno a su cuestionario; es decir, a control remoto, desde Suiza y, seguramente, por información de prensa o –me atrevo a suponer– por el lobby de la izquierda internacional o las denuncias de HRW del señor Vivanco, decidió hacer graves acusaciones al gobierno colombiano, que no dudo en calificar de ultraje injustificado a la dignidad nacional.
Es indignante que la ONU, que conoce los programas y esfuerzos del Gobierno -porque sigue acompañando el proceso de implementación del proceso de paz-, permita y respalde tan insultantes e infundadas afirmaciones.
Para el dirigente, la señora Agnès Callamard, se pronunció sin pasar por el país ni esperar las respuestas del Gobierno a su cuestionario.
“Las afirmaciones las hizo a control remoto, desde Suiza y, seguramente, por información de prensa o –me atrevo a suponer– por el lobby de la izquierda internacional o las denuncias de HRW del señor Vivanco”, reiteró.
Expresó que “Al decir, ʿinstamos al gobierno colombiano a que deje de incitar a la violencia contra los desmovilizados de las FARC-EP…ʾ, es una acusación gravísima, pues instar a ʿdejar de hacerloʾ, implica la certeza de que, efectivamente, lo está haciendo”, agregó.
Dicha certeza, en principio, debería ser probada antes de difundirla al mundo con el sello de la ONU.
Tildar a Colombia
Las palabras tienen su propia fuerza y encarnan responsabilidades. Acusar al Gobierno de ʿincitar a la violenciaʾ y ʿdespreciarʾ la garantía del derecho a la vida, es tildar a Colombia de dictadura miserable y al presidente Duque de sátrapa al estilo del vecindario.
Callamard reclama con arrogancia que ʿEl Gobierno debe tomar medidas inmediatas para implementar los acuerdos de pazʾ.
“La relatora de la ONU, no tiene idea de lo que se firmó; no sabe que la voluntad popular no aprobó lo firmado ni que Santos asaltó la democracia; no tiene idea de que, a pesar de ello, el presidente Duque, se comprometió a respetar las garantías a los excombatientes y a cumplir el Acuerdo en cuanto sea posible”, insistió el líder gremial.
Con seguridad tampoco sabe que, el Acuerdo fue un cheque en blanco de Santos, imposible frente a las posibilidades presupuestales, pero que sirvió para el Nobel, por supuesto, y para garantizar impunidad a delitos atroces como el reclutamiento y delitos sexuales contra menores, y para el delito mafioso del narcotráfico, incluido el mayor lavado de activos de nuestra historia.
“Me tome la tarea de investigar sobre los expertos en la página oficial del Consejo y resulta que “forman parte de los Procedimientos Especiales (…) mecanismos independientes de investigación y monitoreo establecidos por el Consejo…”; y lo más sorprendente: “…trabajan de manera voluntaria; no son personal de la ONU y no perciben un salario por su trabajo. Son independientes de cualquier gobierno u organización y actúan a título individual”.
Así que los tales expertos son independientes y apóstoles gratuitos en sus temas, como las ʿejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrariasʾ. Una especie de cazadores internacionales de brujas, que ni siquiera pertenecen a la ONU y además, actúan a título individual, y así, a título individual, decidieron acusar sumariamente a nuestro país.
Lafaurie rechazó que la relatora de la ONU acompaña al gobierno en el proceso de implementación del acuerdo de paz, con expertos que incluso tienen en el país jugosos contratos que sumaron, entre 2016 y 2018, más de 435 mil millones de pesos, recursos que son pagados con los impuestos de los todos los colombianos.
“Por muy ONU que sea, y por independientes que sean sus expertos, se impone una rectificación y una pública disculpa a Colombia”, concluyó Lafaurie Rivera.