La tierra de Colombia por regla general es de buena calidad, la productividad de ella depende de variables que debe ser provistas a través de dotación de infraestructura productiva para que quien la posea sea capaz cumplir con la Función Social y Ecológica llevándola al pago de la carga impositiva, generar rendimientos en creación y sostenimiento de Puestos de Trabajo, Seguridad Alimentaria y vida digna a legales tenedores.
La frontera Agropecuaria tiene cinco millones de predios rurales en el área total de 45 millones de hectáreas, comunidades indígenas 15 M, afros y negros 5.5 M, reservas forestales y parques nacionales 17 M; de los 45 M solo están en manos de particulares 7.5 M, de estas hay 1 M con títulos registrados que adolecen de falsa tradición. Saltan de inmediato alarmas frente a la propuesta de democratización de la tierra con ajuste inmisericorde de la base de liquidación del Predial llevando a valor comercial apuntándole solamente a las tierras de particulares formalmente legalizada con títulos debidamente registrados dejando por fuera tierras de indígenas y afros que suman 20.5 Millones de hectáreas aun cuando estas en gran mayoría de casos es absolutamente improductiva y no cumple con los preceptos del art 58 de la Constitución lo cual abre las puertas para su expropiación o mecanismos de democratización “La Propiedad es una función social que implica obligaciones. Como tal le es inherente una función ecológica”, nótese que no diferencia el tipo de propiedad.
Hablar de Democratización por Improductividad a través de ajustes de valores base de liquidación para provocar la entrega de la propiedad de la tierra mediante Dación en Pago tiene un efecto perverso frente al nuevo propietario o adjudicatario de los predios entregados por incumplimiento en el pago de prediales; el Estado no puede exonerar del pago de estas cargas fiscales a adjudicatarios quienes deben cancelarlos en iguales condiciones que aquel que no tuvo la posibilidad de cubrirlos lo que es imposible para él, lo que conducirá a un círculo vicioso interminable de democratización.
Ahora bien si el gobierno por alguna maniobra llegase a exonerar del pago de estos gravamen al nuevo propietario o asumir el pago directo de estos impuestos como lo hace con los territorios indígenas y de negritudes se abrirían puertas a todo de tipo de reclamaciones ante la jurisdicción por parte de los propietarios despojados de la propiedad a través del mecanismo de democratización por presión fiscal.
Bosques y Rastrojos, áreas de conservación ambiental autorizadas o no por el Estado de iniciativa pública o privada gozan de máxima protección del Estado atendiendo el mandato Constitucional del art 58, mal se haría intentar democratizar estas tierras por improductivas, por el contrario dados los compromisos adquiridos en la Cop26, reducir las emisiones de gases efecto invernadero al 51% al 2030, Carbono Neutral al 2050 y el 30% del territorio sea declarado como territorio protegido, deben incentivarse la creación de áreas nuevas para cumplir con obligaciones adquiridas a pesar de que la contribución nuestra en la incidencia de contaminación global es el 0,6% emitido en la tierra, puesto 144 entre 184 países; adicionalmente, el país está en la zona más vulnerable del globo terráqueo, el Cinturón Ecuatorial sobre la franja Amazónica, lo que hace necesario desplegar todas las actividades de protección ambiental, así entonces los Bosques Naturales o Cultivados, Montañas y Rastrojos que se encuentran en áreas de tierras fértiles cumplen con la Función Social Ecológica esencial de captura de Gases Efecto Invernadero para bienestar de la Nación y la humanidad no pueden ser objeto de Expropiación o Democratización.
Por último, es inexplicable la actitud asumida por funcionarios de la nueva administración, faltos de tacto social arrinconando a titulares de los derechos de propiedad llevando a la Nación a un posible estado de insostenibilidad social, de alguna manera justificando la ocupación ilegal, Invasiones, por vías de hecho de grupos minoritarios en el país. No es a gritos, susto, ni desconociendo los legítimos tenedores formalmente así declarados, las diferencias se solucionan mediante el diálogo constructivo entre las partes, las vías de hecho conducen a todo tipo de violencia, las experiencias y consecuencias están ahí.