*Experto en financiamiento agropecuario.
Lamentable la frustración que se vive en el sector agropecuario con los apoyos económicos que el gobierno destinó dentro del marco de la declaratoria del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica.
La mayoría de los productores del campo han visto malogrados sus esfuerzos para acceder a los beneficios de: i) alivio a sus deudas. ii) acceso a créditos con tasas de interés subsidiadas. iii) subsidio de transporte de alimentos y iv) los apoyos del programa de empleo formal. La falta de conocimiento y coordinación entre los que redactaron los decretos de ayudas y los representantes de los productores del campo, dieron al traste con esta importante iniciativa del gobierno nacional.
La frustración de miles de agricultores y ganaderos del país, se resume en este testimonio de Joaquín, un empresario del campo que tiene una finca de 250 hectáreas en Bosconia (Cesar), con un cultivo de palma de aceite y ganadería de doble propósito.
La caída de los precios del aceite de palma entre enero y mayo de este año, atado a la extensa sequia en este mismo periodo, redujeron los ingresos y los rendimientos del cultivo y su actividad ganadera, lo cual afectó su flujo de caja. Para colmo de males, aparece la pandemia del Covid-19, obligando al gobierno a decretar una cuarentena nacional, lo cual complicó aún más la situación económica de Joaquín.
Desesperado con ese difícil panorama y aprovechando los alivios a los créditos agropecuarios decretados por el gobierno, Joaquín, se acercó a su banco en el mes de marzo a solicitar una congelación de la amortización de su deuda hasta diciembre de este año, para poder aliviar su caja y atender los costos fijos de su actividad productiva.
Hace tres días, Joaquín me informó que el banco le notificó el cobro jurídico de su cartera, lo que anticipa un embargo de su finca. Es aquí donde uno se pregunta ¿Dónde carajo tienen el alma, el corazón y la cabeza, los analista de riesgo de ese banco? Con esa actitud, van a terminar de empeorar la situación económica del país y crear un caos social de grandes proporciones.
Desesperado por esta situación, Joaquín, decidió acudir al Banco al Banco Agrario, a solicitar un prestamos con la tasa de interés subsidiada del Programa “Colombia Agro Produce” y la garantía estatal del 80% ofrecida por el gobierno. Con ese préstamo compraba la deuda al otro banco y solucionaba el riesgo de perder su finca. Desafortunamente, también le cerraron las puertas. A Joaquín, no le quedó otra alternativa que vender todo su ganado para salvar su finca. El subsidio de apoyo al transporte de productos pecuarios ($25.000 por novillo) decretado por el ministerio de Agricultura, tampoco le llegó.
Con la esperanza perdida, Joaquín, decidió aplicar a la última ayuda que le ofreció el gobierno, el apoyo del 40% sobre los sueldos de sus 10 empleados, contando con la mala suerte que dicha ayuda exige el registro mercantil a las personas naturales. Los funcionarios que redactaron ese decreto no saben que el 99% de los productores del campo no tienen registro mercantil.
Al igual que Joaquín, están miles de productores del campo.