El gremio es partidario de generar una política pública de prevención de desastres con respecto a los fenómenos de El Niño y de La Niña y no actuar después de los deslizamientos de tierra o las tragedias. Atado a ello, fortalecer la asistencia técnica y ajustar las medidas de financiamiento para que el crédito llegue a los pequeños productores del sector rural.
Barranquilla, 3 de febrero de 2025. Los efectos del fenómeno de El Niño en el año 2023 es un tema que acaba de resaltar precisamente la Encuesta de Caracterización Ganadera de Fedegán-FNG porque el 84 % de los ganaderos consultados, manifestaron que les generó severos impactos negativos.
Específicamente de los 717.000 ganaderos consultados en todo el país, sobre los estragos causados por El Niño, al 30 % le produjo reducción del peso de sus animales, al 22 % disminución de la producción de leche, al 18 % aumento de enfermedades, al 10 % la muerte de animales y al 4 % una mayor movilización de los bovinos. Solo al 16 % no le ocasionó ningún daño.
A su vez la ECG reveló que la mitad de los ganaderos no tiene inclusión financiera. El 49 % de los encuestados -327.000 productores- dijeron que no tienen acceso al crédito bancario. Solo el 37 % tuvo financiación para realizar o mejorar sus actividades agropecuarias.
Niño y Niña cada vez más intensos
“Típicamente los gobiernos se han centrado en apagar incendios y no en tener una política trazada, sabiendo que los fenómenos de El Niño y de La Niña, van a ser más seguidos y más intensos”, dijo Óscar Cubillos Pedraza, economista y jefe de Planeación y Estudios Económicos de Fedegán.
¿Qué obras se están haciendo, a través de las diferentes agencias del Estado, para evitar desastres? ¿Qué hace la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD, para evitar los impactos negativos del fenómeno de La Niña o de El Niño?
Cuando llegue La Niña es trascendental prever que no se presenten derrumbes o deslizamientos. “Mejorar los acueductos o los dragados de los ríos, es fundamental para evitar tragedias como la del Putumayo y el Chocó (esta última cuando se vino la montaña abajo)”, afirmó.
Asimismo, predecir que las vías primarias, secundarias y terciarias, requieren de un mantenimiento adecuado para que no haya tragedias.
“La política pública debería enfocarse a la prevención -que sale más barato- y no en hacer correcciones que requieren más necesidad de recursos, donde hay más pérdidas de infraestructura, más pérdidas humanas y de alimentos de animales”, resaltó.
No llega el crédito
En cuanto a la exclusión financiera, sostuvo que, “la política de financiamiento dio un salto a través de Finagro de $24 billones a $39 billones entre el 2023 y el 2024, pero al pequeño productor le llegó muy poco crédito”.
Le otorgan financiamiento a la persona que cuenta con respaldo patrimonial o garantías. “El que necesita dinero, es precisamente, aquella persona que no cuenta con ese recurso o sino ¿Cómo sale adelante?”, cuestionó.
Hay elementos que se deben mejorar. No solamente el Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario, necesariamente tiene que ser voluntario, sino que es casi obligatorio para que la gente cubra su riesgo en caso de una pérdida y, entonces, como hay cobertura de riesgo, se le puede prestar al pequeño productor, más fácil.
“Los seguros agropecuarios, siguen siendo precarios. Deben atarse al tema crediticio e igualmente a la asistencia técnica para que la posibilidad de siniestro sea menor. Si el pequeño productor la tiene, sabrá como aplicarla tecnología y debe ser universal”, manifestó.
¿Qué están haciendo las secretarias de Agricultura con las UMATA para prestar la asistencia técnica? ¿Qué paso con los recursos de regalías que se deben destinar a ciencia, tecnología e innovación, como parte útil de la asistencia técnica?
“La exclusión financiera no es solamente cosa de dinero, sino de organización de las instituciones”, agregó.
Los bancos privados se encuentran en una zona de confort y le prestan recursos al que tiene la garantía. Aunque han surgido entidades alternativas e innovadoras de crédito, seguimos en el mismo lío, llegan muy pocos recursos al sector agropecuario”, opinó.
Dos recomendaciones
Dos recomendaciones, la primera, motivar, a las nuevas estructuras de préstamos en línea -que disminuyen la intermediación para que el crédito sea más barato- con el ánimo de que se masifiquen.
La segunda, que el sector privado le conduela al sector rural en el sentido que siempre piensa en maximizar la utilidad económica. La invitación es a que también piense en maximizar la utilidad social. “Que ganen un poco menos y, que ese menos, sea para hacer mejores cosas en comunicades agropecuarias y en comunidades marginadas”, reiteró.