El pasado mes de febrero, le advertí al ministerio de Agricultura, en esta columna, la urgencia de destinar un cupo de créditos y un paquete de incentivos por subsector agrícola, para ayudar a reducir los costos de producción y preparar a tiempo las siembras.
Lamento mucho que mis consejos no hayan sido escuchados. Los $150.000 millones anunciados por el ministerio de Agricultura para subsidios de tasa de interés y los $ 95.000 millones, para las pólizas de seguro, están parqueados en la tesorería de Finagro escuchando este cuento, por lanzarlo tarde y asignarlo a quienes no siembran o no son sujetos de crédito. Esta desacertada decisión hizo que muchos agricultores se arrepintieran de sembrar y al resto, los obligó a financiar sus cultivos por fuera del sistema financiero, con tasas de interés altas y sin pólizas de seguro. Los créditos, las pólizas de seguros agrarios y las coberturas de precios, son para los cultivos y no para los productores. Los calendarios de siembras, no entienden de trámites burocráticos ni resoluciones.
Hoy, quiero hacer otra advertencia. Los pronósticos más recientes de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), advierten un aumento de la temperatura del océano pacífico, lo cual va a reducir las lluvias y aumentar la temperatura a partir del próximo mes de junio. Esto es muy grave para el país, teniendo en cuenta que más de dos millones de productores del campo no cuenta con sistemas de riego en sus explotaciones agrarias. De los 5.5 millones de hectáreas que se cosechan anualmente en el país, solo el 16% son irrigadas, el resto se cultivan con las aguas lluvias. El anterior gobierno prometió una inversión de 2.8 billones de pesos, para los distritos de riego del Triángulo del Tolima, Tesalia-Paicol en el Huila y Ranchería en La Guajira, pero todo se quedó en anuncios.
El tema es delicado, pues, si se cae la producción de los alimentos básicos que demandan los 51 millones de colombianos, toca importarlos de algún lado con un dólar que cada día se pone más caro. Los 14 millones de toneladas de alimentos y materias primas que se importan anualmente por no existir las condiciones de competitividad para producirlos acá, están desplazando a los agricultores y ganaderos de sus fincas e impactando negativamente el Índice de Precios al Consumidor (IPC), la inflación, desempleo, pobreza, recaudo fiscal e inseguridad, en las zonas rurales del país.
Desde este espacio, he propuesto a los gobiernos de turno y congresistas, tramitar un proyecto de ley que obligue a todos los gobernadores y alcaldes del país, destinar siquiera el 35% de los recursos de las regalías en siembras de árboles, construcción de presas y canales de riego, energía solar y centros logísticos. Ello, ayudaría a proteger las cuencas de los ríos, producir CO2, garantizar el agua y la producción sostenible de alimentos durante los 365 días del año.
Los gobiernos siempre tienen cosas importantes y urgentes que hacer. Ahora lo urgente para el país, es garantizar los alimentos de los colombianos a precios bajos para bajar la inflación, aumentar el empleo y reducir la pobreza. Déjense ayudar.
*Consultor en crédito de fomento agrícola.