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Colombia necesita que se reforme la política de restitución de la tierra

No puede haber política sostenible en matera de tierras, que no esté basada en el reconocimiento de la propiedad privada.

Población indígena constituyen una participación minoritaria del grupo habitacional colombiano, apenas el 4,4 %, y controlan 36 millones de hectáreas. Son de lejos los mayores poseedores de tierra, es decir, los grandes terratenientes.

“Por lo menos el 60 % de los reclamantes, de la ley de víctimas y restitución de tierras, son falsos y no tienen derecho a hacerlo, incluso dicho instrumento está diseñado de tal forma que el propietario se queda sin ninguna defensa posible”, recalcó María Fernanda Cabal, Senadora de la República.

Barranquilla, 26 de noviembre de 2020.- Mientras que Rafael Nieto Loaiza propone crear una política que se centré en la productividad de la tierra, la Senadora María Fernanda Cabal, manifiesta que el esquema de fragmentación de la tierra no funciona y que en muchos países han tenido que regresar al esquema de propietario.

Así lo afirmaron en el marco del 38 Congreso Nacional de Ganaderos -que en esta oportunidad fue realizado por Fedegan virtualmente- en el conversatorio: Una ganadería para el cambio, Tierra, seguridad y desarrollo.

Se debe crear un programa de política pública con respecto a la tierra que permita generar desarrollo en el campo y aprovechar que el país es uno de los considerados por la FAO a convertirse en despensa alimentaria del mundo.

Rafael Nieto Loaiza, exviceministro del Interior, se refirió a los cuatro principios que debe tener la política de tierras:

1.Devolverle la propiedad a aquellos que han sido despojados.

  1. Retornarle al Estado los baldíos adquiridos de manera fraudulenta e ilegal.

3.Entregar títulos a los poseedores legítimos para que sean propietarios.

  1. Proteger la propiedad de todos aquellos que tienen títulos legítimos y tradición incuestionable.

Enfatizó que no puede haber política sostenible en matera de tierras, que no esté basada en el reconocimiento de la propiedad privada.

Igualmente se refirió a las amenazas de la propiedad, una de ellas, el despojo realizado por grupos armados ilegales, entre ellos, las Farc, el ELN y las bandas criminales.

La clave es entender que el problema del agro no es la propiedad de la tierra. Las reformas tradicionales en el mundo y en Colombia han demostrado el fracaso sistemático de esta idea.

“La inmensa mayoría de los campesinos a los que se les otorgó tierras en el marco de estas reformas, siguen sumidos en la pobreza”, destacó.

Productividad

Colombia tiene una vocación agropecuaria y piscícola indudable que no se aprovechará si no se toma una decisión de Estado, que le apueste a hacer del campo colombiano uno de los canales de desarrollo.

Se debe corregir el problema de la distribución del control de la tierra pues de los 114 millones de hectáreas que tiene el país, 26 millones son para la producción agrícola, pecuaria y forestal y solo se produce en 6,3 millones de hectáreas (24,2 %).

Mientras tanto la población indígena que constituyen una participación minoritaria del grupo habitacional colombiano, apenas el 4,4 %, y controlan 36 millones de hectáreas, son de lejos los mayores poseedores de tierra, es decir, los grandes terratenientes. “No solo tienen mucha tierra, sino que no necesitan más”, acotó.

Programa de empleo

“Crear un programa que genere empleo masivo y rápido debe tener 7 grandes líneas”, propuso. Y estas son las siguientes:

1.Infraestructura de mediano impacto.

2.Vivienda: el 9,8 % de la población no tiene vivienda, esto es casi 1.250.000 familias. Esto genera mano de obra masiva no calificada y puede ser ejecutada regional y localmente.

3.Grandes proyectos de reforestación: donde se requiere mano de obra intensiva y aprovechamiento del campo colombiano.

  1. Vías terciarias, agua disponible para el campo colombiano lo cual requiere de distritos de riego.
  2. Líneas de crédito a mediano y largo plazo con condiciones especiales, donde efectivamente se le preste al campo.
  3. Incentivos al capital para la importación de maquinaria indispensable para la ganadería y la agricultura.
  4. Asistencia técnica, que ha sido un programa exitoso de Fedegan y necesita apoyo del gobierno.

La seguridad

La guerrilla reclutaba campesinos sin tierra a fines a su proyecto político militar y también, invadía fincas, no había Estado, secuestraban al propietario y lo desplazaban, y a este, no le quedaba otra salida, que rogarle al Incora, la compra respectiva.

Si se observa la sistematicidad con la que se hizo con el mapa de Colombia, se da cuenta de la capacidad de ocupamiento de territorio que han tenido las guerrillas. “Tengo más de 100 invasiones documentadas solo en el Cesar”, sostuvo María Fernanda Cabal, Senadora de la República.

El Incora compraba los predios por la quinta parte del precio con bonos a 5 y 10 años y le compró a muchos campesinos que tenían el problema de la inseguridad.

Cabal denunció que quien reclama hoy gracias a la Ley de víctimas y restitución de tierras, es el antiguo invasor, ese antiguo miembro de los frentes populares del ELN, EPL o las Farc.

“Por lo menos el 60 % de los reclamantes, son falsos y no tienen derecho a hacerlo, incluso dicho instrumento está diseñado de tal forma que el propietario se queda sin ninguna defensa posible”, recalcó.

Peor aún, más de la mitad de los predios restituidos son menores de 5 hectáreas. ¿Será que un terrateniente tiene menos de 5 hectáreas?

Lo más irónico es que ese propietario para poder comprar un predio titulado por el Incora, es totalmente desconocido por el mismo Estado colombiano, que le pone no solo la carga de la prueba de un conflicto, sino que le vulnera el principio de confianza legítima, no existe doble instancia, queda como si fuera un delincuente.

He llevado el proyecto de reforma varias veces, pero ha sido archivado porque no se discute. Incluso tenemos sentencia de la Corte Constitucional que obliga al Congreso a legislar, pero eso no ha sucedido. Hemos logrado un acuerdo entre varios partidos de distintas corrientes para que el contenido de la sentencia con respecto a los más pobres, pueda ser reformado.

El garrote

Para la Senadora de la República, siempre la tierra es el garrote. A nadie le importa que en el sector urbano exista un negocio de pizzas que tiene 200 puntos de ventas, a ese no le dicen nada, pero si en el sector rural alguien tiene una finca de 1.500 hectáreas, es considerado un depredador.

Cada país donde se fragmentó o se colectivizó la tierra es un desastre, les tocó revertir el tema de la propiedad de la tierra y volver otra vez al esquema de tener un propietario.

“La propiedad privada demuestra que hay un ánimo de señor y dueño y el libre mercado, simplemente le da el impulso para la generación de riqueza”. destacó la senadora Cabal.

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